La noche en el gimnasio Héctor Etchart se volvió inolvidable. Cuando todo indicaba que Ferro y Boca irían a tiempo suplementario, el base tucumano Elimiano Lezcano convirtió un tiro desde su propio aro que paralizó al básquet argentino. El marcador estaba igualado en 73, faltaban 1.2 segundos y un pase aéreo mal ejecutado por Boca cayó en manos del número 4 del Verdolaga, que no dudó: lanzó de gancho desde el fondo de la cancha y acertó de manera limpia, justo cuando sonaba la bocina.