Como siempre sucede, de hecho lo hizo Kicillof en 2014 cuando renegoció la deuda, una delegación cubana brindó en París una descripción de la situación económica y financiera y “presentó las medidas tomadas por el Gobierno de la República de Cuba para apoyar el desarrollo económico cubano en el contexto de la crisis del COVID-19”.
El grupo de países acreedores de Cuba incluye a Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, España, Suecia, Suiza y Reino Unido.
El comunicado del acuerdo entre Cuba y el Club de París
“Los representantes de los Gobiernos del Grupo de Acreedores de Cuba y la República de Cuba confirmaron su voluntad de preservar el Acuerdo de 2015 y su compromiso de asegurar la plena implementación de este acuerdo, que es un hito clave y que implicó la normalización de las relaciones financieras entre el Grupo de Acreedores de Cuba y la República de Cuba”, señala la información oficial.
En 2015 los acreedores le habían condonado u$s 8.500 millones de deuda a Cuba sobre u$s 11.100 millones adeudados. El plazo adicional otorgado a Cuba fue de un año.
Cuba no es integrante del FMI ni del Banco Mundial. Por ese motivo es que su acuerdo no tuvo que pasar por el filtro del Fondo Monetario, que es lo que se le exige al gobierno argentino.
El gobierno cubano estuvo inicialmente entre los países integrantes del FMI ya que envió una delegación a Bretton Woods en 1944. Con el régimen castrista, en 1959 entró en default fue acumulando deudas y se retiró del FMI en 1964. En los años subsiguientes canceló la deuda.
Lo curioso es que Cuba mantiene deudas con la Argentina por u$s 2.700 millones. El que a hierro mata, a hierro muere: la Argentina, un defaulteador serial, sufre el default de Cuba.
En 1973, Héctor Cámpora con su ministro José Ber Gelbard, otorgó un préstamo por u$s 1.278 millones a seis años para la compra de autos, camiones, tractores y maquinaria agrícola.
En paralelo Cuba enfrenta a los acreedores en Londres con una demanda por créditos comerciales agrupados en el Club de Londres, con CRF I Limited, como principal tenedor de créditos impagos.
Hay u$s 1.400 millones en juego. Hubo ofertas de los acreedores pero sin respuesta positiva aún del gobierno castrista. La demanda judicial avanza en los tribunales de Londres con el bloqueo del acceso de Cuba a créditos internacionales.