En 2023 la Argentina tienen que presentar un total de reservas internacionales de u$s12.400 millones. En el primer trimestre debería mostrar que tiene en “caja” unos u$s7.700 millones, aunque ya se descarta que es inviable.
Por efecto de la sequía se perderán casi u$s20.000 millones de exportaciones en tanto que este año el gobierno tiene un flujo negativo con el FMI, entre pagos y desembolsos, de u$s3.800 millones.
Cambio en las metas y el reclamo por las sobretasas
La negociación ahora pasa por configurar nuevas metas de reservas, y hay algunas demoras al respecto porque no está claro todavía cuál podría ser el esfuerzo que está en condiciones de hacer Argentina.
Por caso, las metas fiscales de lograr una reducción del déficit al 1,9% del PBI este año estarían también comprometidas, ya que en un año electoral será difícil evitar que suba el gasto, mientras que por el lado de los ingresos se prevé una caída de la recaudación de impuestos.
Según plantea el IERAL en su último reporte “con el “dólar soja” se adelantaron liquidaciones para diciembre, para acercarse a las metas del cuarto trimestre de 2022, al costo de vaciar los silobolsas y, por ende, sacrificar el cumplimiento de las metas de este primer trimestre”.
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El FMI aprobó la tercera revisión del programa argentino (Foto: Télam).
“Mientras en el primer bimestre de 2022 la liquidación de exportaciones de CIARACEC alcanzó a 4,94 mil millones de dólares corrientes, en igual período de 2023 el ingreso de divisas por este canal se achicó a 1,57 mil millones, una merma de casi 3,4 mil millones de dólares, atribuible al cambio de estacionalidad que disparó el “dólar soja””, dice el informe.
El IERAL señala que “aun cuando la Argentina no tenga que cumplir al pie de la letra lo inicialmente comprometido en materia de acumulación de reservas, las expectativas de los agentes económicos seguirán afectadas por la fragilidad del balance del Banco Central, con activos externos que se contraen y pasivos en moneda local que se expanden a toda velocidad”.