¿En qué medida esto puede afectar las relaciones con Bolivia y perjudicar a la Argentina?
Un poco de historia
El Estado Plurinacional de Bolivia, es el resultado de un proceso político que tuvo al Movimiento al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) como su actor fundamental, modificando una lógica política, que con tumultos, sobresaltos, intervenciones extranjeras, y movimientos guerrilleros, surgió con el triunfo en el año 1952 del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que se sustentaba en la lucha de los mineros nucleados en la Central Obrera Boliviana (COB).
En enero del año 2006 asume la presidencia Evo Morales, quien la ejerce hasta el 10 de noviembre de 2019, cuando intentó forzar una tercera reelección a través de una consulta popular. Ante las denuncias de fraude, Morales fue expulsado por una suerte de golpe policial y rebelión cívica, que terminó forzando su renuncia y surgió un gobierno provisional a cargo de Jeanine Áñez desde el 12 de noviembre de 2019, hasta el 7 de noviembre de 2020.
En ese momento, se produce un nuevo llamado a elecciones en el que gana la presidencia Luis Arce, quien fuera previamente Ministro de Economía y Finanzas Públicas de las administraciones del presidente Evo Morales. Aunque Arce llegó al poder con el apoyo de Morales, hoy están enfrentados políticamente.
A ellos se suma otra crisis política, que es la diferencia política que hay entre el gobierno central de La Paz, y las fuerzas política del Departamento de Santa Cruz, cuyo último gobernador elegido en el 2021, Luis Fernando Camacho Vaca, está detenido desde diciembre del 2022, imputado por sus relaciones con la crisis del año 2019.
Este gobernador, y en general los partidos políticos del departamento de Santa Cruz, vienen proponiendo reformar la constitución, lo que choca con las voluntades del partido gobernante Movimiento al Socialismo.
Y eso es particularmente importante, porque la actual constitución del Estado Plurinacional de Bolivia fue votada en el año 2008, e introduce una reforma fundamental respecto de los intereses y persistencias de los pueblos originarios.
Volviendo a nuestros días
Bolivia es un país con tensiones complejas, dado que la economía boliviana es una economía altamente informal, donde la capacidad de recaudación impositiva del Estado nacional es muy pequeña.
Un estudio hecho en el año 2022 por Pablo Mendieta, Director del CEBEC (Centro Boliviano de Economía), “en el 2013 cerca del 20% de la fuerza laboral boliviana estaba en el sector formal. Actualmente solo el 10% de la población tiene empleos formales. En el 2019 teníamos 85% de trabajadores en informalidad. Las cifras actuales indican un 90%".
La situación se complejiza más si se toma en cuenta que uno de los principales ingresos son las exportaciones de minerales y de combustibles, y eso depende de los precios internacionales que estos tengan para financiar las cuentas públicas.
Recientemente hubo un violento intento de tomar el poder, cuando fuerzas militares comandadas por el comandante general del ejército Juan José Zúñiga, intentaron tomar el 26 de junio de 2024 la Plaza Central de La Paz, Plaza Murillo, para derrocar al presidente Luis Arce. Esa asonada fue inmediatamente interpretada de múltiples formas por las diversas fuerzas políticas en conflicto
Relaciones tumultuosas
Una de las interpretaciones fue la de Morales, que entendió que fue un engaño de Arce y que fue recibido por Milei.
En el entorno político complejo, con conflictos persistentes como presenta actualmente Bolivia, y siendo este país un reciente signatario del Tratado del MERCOSUR, lo que expresaba su presidente a fines del año 2023 cuando afirmaba: “Todos los presidentes han expresado que, para ellos, Bolivia ya es miembro pleno del MERCOSUR, por lo tanto, luego de la ratificación por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional, empiezan los cuatro años para adecuarse a la normativa y reglamentación”, aseguró el presidente Arce después de la promulgación del protocolo.
“Las relaciones políticas y comerciales exigen una prudencia extrema, aún más allá del principio central de las relaciones internacionales que es el principio de no interferencia en asuntos internos de terceros países, dado los lazos históricos y presentes que hay entre estas naciones”, explicó una fuente de la Cancillería argentina crítica del momento que se está atravesando.
El problema -indican las fuentes- es que Milei vuelve a repetir como un modus operandi lo ya sucedió con España. “Está poniendo en crisis las relaciones internacionales argentinas, incluso llegando a puntos de no retorno, bajo una quijotesca tarea de derrotar a lo que él llama ‘el comunismo internacional”, advierten.
“Y esto lo transformó en una empresa personal, borrando los límites que hay entre sus opiniones personales como ciudadano argentino, y las políticas de estado que, más allá de cualquier divergencia interna, deben gobernar las relaciones internacionales de nuestra nación con el resto del mundo”, analizan.
La situación toma un cariz más grave, al involucrarse países vecinos con proyectos políticos comerciales tan importante, como es el mercado común sudamericanos. Bolivia es uno de los proveedores de gas que históricamente tuvo la Argentina. Prudencia y moderación son claves para evitar una política exterior cada vez más extraviada.
Concluye este diplomático de carrera: “Dinamitar todo esto, para sostener lo que a lo sumo son opiniones particulares de algún actor político boliviano y no información objetiva, es un acto de imprudencia extrema, visto los costos que esto puede generar a nuestro país, lo que nuevamente afecta a nuestros intereses de largo plazo”.