"Lo que te voy a contar ahora no es que me lo contaron, lo viví estando ahí. He ido muchas veces a la casa, Diego me llamaba para comer un asado con la familia o sólo con el doctor Mariano Castro, con quien también vivimos juntos en la etapa de Cuba. Íbamos, almorzábamos, todo bárbaro y la charla era que a las 6 llegaban Dalma y Gianinna, nos decía que estaba contento que las iba a recibir... Cuando nos queríamos ir, para que comparta con las hijas, nos decía que nos quedáramos. Eso pasó varias veces", agregó.
Y enfatizó: "Si ellas venían a las 7 de la tarde, a las 6 y cuarto aparecía este Charly y le decía: 'Diego, ¿una cervecita?'. No la pedía Diego, se la traían. Se clavaba una Corona. A los 10 minutos, venían y le apoyaban otra cerveza. Yo le decía: 'Charly, van a venir las hijas'. Y me decía que no pasaba nada... A la tercera cerveza, Diego empezaba a balbucear y decía: '¿Y ahora qué hago que vienen las chicas?'. Y Charly la remataba diciendo: 'Bueno, ¿abrimos un vino?'".