Es normal perder entre 50 y 100 cabellos al día, pero si notas un incremento considerable, es una señal de que tu cuero cabelludo puede estar en problemas. ¿Qué hacer? Consulta con un dermatólogo para verificar si existen deficiencias nutricionales o problemas hormonales. Incorporar productos fortalecedores y evitar peinados muy ajustados puede ayudar a reducir la pérdida.
2. Entradas o áreas de adelgazamiento visible
Si tus entradas se profundizan o el cabello se ve más fino en ciertas áreas, esto podría ser el inicio de una pérdida de cabello genética, conocida como alopecia androgénica. ¿Qué hacer? Un tratamiento temprano con lociones como el minoxidil o el uso de terapias de luz láser puede estimular el crecimiento capilar.
3. Cambios hormonales
Factores como el estrés, el embarazo o problemas de tiroides pueden desencadenar la caída del cabello. ¿Qué hacer? Consulta con un endocrinólogo o un dermatólogo especializado en tricología (el estudio del cabello). Mantener una dieta balanceada, rica en nutrientes como el zinc, el hierro y las proteínas, es fundamental.
4. Picazón o irritación del cuero cabelludo
La picazón o las descamaciones pueden indicar problemas en el cuero cabelludo, como dermatitis o infecciones. ¿Qué hacer? La limpieza adecuada es esencial. Utiliza champús específicos para el cuero cabelludo sensible y consulta con un dermatólogo para tratar el problema en su raíz.
5. Historial familiar de pérdida de cabello
Si tienes familiares cercanos con calvicie, es probable que tengas una predisposición genética a la pérdida de cabello. ¿Qué hacer? Mantener una rutina de cuidado capilar preventiva puede ser de gran ayuda. Desde el uso de suplementos hasta técnicas avanzadas de micropigmentación, hay muchas opciones para reducir el impacto de la genética.