Un ciudadano iraquí fue acusado del delito de inmigración y de ser cómplice de un complot para asesinar al expresidente norteamericano George W. Bush, según precisaron fuentes del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Un ciudadano iraquí fue acusado del delito de inmigración y de ser cómplice de un complot para asesinar al expresidente norteamericano George W. Bush, según precisaron fuentes del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El detenido fue identificado como Ahmed Shihab Shihab, de 52 años. Fue arrestado por personal de la Fuerza de Tarea Conjunta contra el Terrorismo del FBI y luego declaró ante un tribunal federal.
Según aclaró el Departamento de Justicia norteamericano en un comunicado, el detenido fue acusado “de apoyar e instigar el intento de asesinato” del ex mandatario, como así también del delito de inmigración por querer ingresar ilegalmente a ciudadanos extranjeros al país.
De acuerdo a lo publicado por medios locales, el FBI descubrió el complot a través de informantes confidenciales y luego de vigilar la cuenta de WhatsApp del presunto responsable.
En la acusación, se alega que Shihab planeó el ingreso de contrabando de cuatro ciudadanos extranjeros iraquíes a los Estados Unidos con el objetivo de matar al expresidente George Bush en represalia por las muertes de iraquíes durante la “Operación Libertad Iraquí”, según precisó el Departamento de Justicia.
Shihab supuestamente viajó en febrero de 2022 a Dallas para vigilar los lugares concurridos por el expresidente y luego en marzo se habría reunido con otras personas en una habitación de hotel en Columbus, Ohio, para ver muestras de armas de fuego.
El presunto agente de ISIS, con sede en Columbus, Ohio, aseguró en los mensajes de Whatsapp que quería asesinar a Bush porque sentía que el expresidente era responsable de matar a muchos iraquíes después de la invasión militar estadounidense de 2003.
El caso muestra cómo los investigadores federales continúan monitoreando las amenazas de ISIS, a pesar de que el grupo se vio gravemente debilitado por las operaciones militares y de inteligencia estadounidenses en los últimos años.
El presunto organizador de la trama se encontraba en Estados Unidos desde 2020 y tenía una solicitud de asilo pendiente, según la solicitud de orden del FBI.
"El presidente Bush confía plenamente en el Servicio Secreto de Estados Unidos y en nuestras comunidades de seguridad y de inteligencia", señaló el jefe de gabinete de Bush, Freddy Ford, en un comunicado escrito.