Como consecuencia de esa "gracia", Fumio Kishida se vio obligado a tomar una drástica resolución: echó a su hijo del estratégico cargo que tenía como funcionario de estrecha confianza para el jefe del gobierno japonés.
El precio de elegir un mal lugar para una fiesta
Japón no es el único país en el que los mandatarios eligen a personas de extrema confianza como sus colaboradores más ¿cercanos. Como hizo el primer ministro Kishida que nombró a su hijo Shotaro como consejero del gobierno. Pero al "nene" se le confundieron los papeles y creyó que todas las áreas oficiales están a su disposición. Lo cual no deja de ser verdad, pero cuando está desempeñando una actividad como secretario del primer ministro
Como hijo del señor Kishida, es otra cosa.
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Amigos del hijo del primer ministro se sacaron fotos en el atril reservado para el jefe de Gobierno. Arriba, el PM Kishida, usando el atril en un acto oficial. (Foto: A24.com)
Algunos de los amigos tomaron el lugar reservado para los anuncios oficiales del Primer Ministro como si fuera un decorado para las mejores fotos de ocasión. Un sitio al que no muchos tienen acceso para recuerdos personales.
También hicieron una "foto de familia", similar a la que se toman los gobiernos cuando inician una gestión: el Primer ministro en el centro y los colaboradores ministeriales a los costados.
En este caso, el "primer ministro" siguió respondiendo al apellido Kishida, pero porque en el centro estaba el joven Shotaro. Rodeado por sus amigos, como si fueran los encargados de los ministerios.
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Los dos gabinetes de Japón. En blanco y negro el verdadero con el primer ministro Kishida. En Colores, Kishida Jr. con sus amigos duplicando la "foto de familia". (Foto: A24.com)
Lo bueno dura poco
Pero en Japón hay otra costumbre no tan extendida por el mundo como la de nombrar a las personas próxima en puestos claves. Esta garantiza transparencia: nada es gratuito cuando se malversan fondos o bienes del estado.
En este caso, ante la difusión de las fotos de la "fiesta privada en un ámbito público", el primero que anticipó la tormenta fue el jefe del gabinete.Hirokazu Matsuno, calificó la fiesta del hijo del primer ministro en la residencia oficial como “inapropiada” y prometió garantizar una gestión adecuada para evitar que se repita ese uso indebido.
Fumio Kishida tuvo que tomar dos medidas con Shotaro. Como padre, lo reprendió. Como primer ministro, echó a su secretario de gobierno.