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Rachel Edri y su esposo resistieron 17 horas cautivos en su casa a manos de los terroristas de Hamas (Foto: captura de TV).
Pero uno de los terroristas la sorprendió cuando le habló un poco en árabe y otro poco en hebreo. Cuando Rachel pensó que sus vidas llegaban al final, uno de ellos le dijo algo que marcó el inicio de su posibilidad de salvarse.
"Me recuerdas a mi madre"
Esa fue la frase que escuchó cuando creyó que iban a asesinarla junto a su marido. Rachel reaccionó rápido y de manera admirable. "Yo puedo ser como tu madre", le dijo. Entonces, el terrorista y sus otros cuatro acompañantes no repitieron el raid tantas veces reseñado en kibutz y hogares de la zona sur de Israel: no destruyeron todo, no quemaron el hogar y lo más importante, no los asesinaron de manera inmediata como en otros casos.
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Rachel y su marido resistieron hasta que el ejército y la policía israelí pudo rescatarlos (Foto: captura de TV).
La mujer le dijo entonces que necesitaba aplicarse una dosis de insulina por ser diabética y se lo permitieron. Fue cuando les ofreció todo lo que tenía a su alcance para que estuvieran en su hogar sin cometer los atropellos y horrores ya conocidos.
Rachel les propuso que comieran unas galletitas que ella preparó. También les ofreció té y gaseosa, aunque sin azúcar por ser, justamente, diabética. Los milicianos aceptaron todo lo que les ofreció. Y mientras eso sucedía, comenzaron a conversar mientras su vida estaba pendiente de un hilo.
"Enseñame árabe mientras te enseño hebreo"
Esa fue otra parte increíble de su relato. Rachel le dijo que todos podrían enriquecerse si intercambiaban palabras en sus idiomas: ella y David en hebreo; los terroristas de Hamas, en árabe. Y eso fue lo que sucedió. Además, por vivir en ese lugar de constante intercambio -pese a las enormes dificultades- el matrimonio tomado como rehén conoce palabras en árabe y hasta se animó Rachel a cantar canciones infantiles en ese idioma. Los terroristas manejan el hebreo para poder conocer a quienes definen como sus enemigos, y también respondieron de la misma manera: con las canciones en hebreo que conocían.
Así comenzaron a pasar las horas, mientras se escuchaban tiros y explosiones en el exterior de su casa. Rachel y David marcaban mentalmente cada momento con uno más para poder sobrevivir. Pero al mismo tiempo, pudo pedir auxilio.
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Tras 17 horas con los terroristas de Hamas, Rachel Edri se abraza con su hijo (Foto: captura de TV).
Al rescate de Rachel y su esposo
Cuando llegaron los terroristas, Rachel tuvo tiempo de mandar un desesperado mensaje de ayuda a uno de sus hijos, Evitar, que es policía israelí. Su hijo tuvo que pensar una manera para rescatarlos, porque no pudieron ingresar a los cuartos aislados como refugio que tiene cada hogar israelí para bombardeos o casos inesperados como este.
Sus padres estaban en manos de los terroristas, en medio del ataque lanzado desde la Franja de Gaza a las poblaciones más próximas en territorio israelí.
Fue así que se dispuso un escuadrón especial, de policías y con el apoyo militar, que tuvo como misión intentar el rescate de Rachel y a su esposo.
Había que ganar tiempo ante los terroristas que ingresaron al hogar al grito de...¡Shahid! ¡Shahid!’ (mártires). El intercambio de la conversación y las galletas horneadas junto al té y a la gaseosa hizo que el grupo invasor se calmara. Esto fue clave para permitir actuar al grupo uniformado israelí.
El grupo comando tuvo que enfrentarse a otros terroristas en el exterior, hasta que estuvieron en condiciones de intentar el rescate. Finalmente, pudieron entrar, matar a los terroristas y salvar la vida de Rachel y David. Momentos después, ya en la madrugada del 8 de octubre, Rachel rompió en llanto y gritos de desesperación cuando pudo abrazarse con su hijo policía. El pedido de ayuda, enviado casi 20 horas antes, fue un paso clave para que hoy estén con vida.
La casa de Rachel quedó parcialmente destruida y con la sangre dejada por los terroristas abatidos. "No creo que podemos volver a nuestro hogar nunca más", reconoce la mujer, considerada ahora un símbolo de esperanza en medio del desastre.