Primeras muertes norteamericanas tras la guerra entre Israel y Hamas
Desde el ataque de Hamas en territorio israelí, Estados Unidos tuvo una compleja situación diplomática. Expresó su apoyo absoluto a Israel y el derecho a su legítima defensa tras la agresión, pero en ese mismo instante comenzaron los viajes del secretario de Estado, Antony Blinken, a la región. Se reunió con los gobiernos de Egipto, de Jordania, la propia autoridad palestina de Mahmud Abás (opuesta a Hamas), e incluso estuvo en Irak. Todo para negociar que la situación de guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza no se expandiera a otros puntos de Medio Oriente.
También urgieron al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que hiciera caso del pedido de Naciones Unidas para permitir corredores para que llegara la ayuda humanitaria a la población civil de Gaza.
La diplomacia norteamericana parecía haber logrado su propósito de mantener el conflicto acotado. Hasta ahora.
Incidentes que van escalando en Medio Oriente
Irán es el principal aliado en la zona de Hamas. Luego de días en silencio tras el ataque del grupo terrorista el 7 de octubre, el gobierno iraní dijo que no había tenido injerencia en ese ataque que costó la vida de 2.100 israelíes y la captura de 240 rehenes.
Luego, hubo ataques de Hezbollah, como represalias a Israel, en el norte de su territorio. Hezbollah actúa desde zonas que controla en El Líbano. De nuevo, Irán negó tener dado algún tipo de apoyo a las milicias de Hezbollah.
Otro de los momentos de escalada de la tensión se produjo cuando dos explosivos estallaron en una concentración multitudinaria en Irán. Se cumplían 4 años del asesinato del general Qasem Soleimani con un dron enviado por Estados Unidos (Donald Trump era el presidente) en el aeropuerto de Bagdad.
Irán anunció una violenta represalia –los artefactos mataron a más de 100 personas– pero cuando desde Teherán se apuntaba a Israel o Estados Unidos, llegó la sorpresa: integrantes del Estado Islámico se atribuyeron el atentado en Irán. La disputa pasó entonces a sectores islamitas, y alejó a Israel y Estados Unidos.
Tampoco ha logrado solidaridad de ningún país la facción de los hutíes que ataca barcos comerciales que surcan el mar Rojo. Estados unidos y Gran Bretaña han respondido con misiles sobre ese sector que pugna, además, por controlar Yemen. Pero los países de la región han hecho un diplomático silencio. El ataque a la base norteamericana es diferente.
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El área de la Torre 22, la base atacada que causó la muerte de 3 soldados norteamericanos en Jordania (Foto: A24.com).
El ataque a la Torre 22
La base llamada Torre 22 está en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria. Allí impactaron drones que causaron la muerte de tres soldados norteamericanos. Son las primeras bajas desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamas. La inteligencia norteamericana dice que los autores del ataque son grupos islámicos que cuentan con el apoyo militar y de preparación de Irán. Por eso, el presidente Joe Biden habló de una represalia, pero se cuidó de especificar hacia quién.
Estados Unidos sostiene que los grupos islamistas apoyados por Irán fueron adiestraros por la Guardia revolucionaria (el cuerpo de élite que dirigía el general Soleimani). Sin embargo, no actúan directamente, sino como la “Resistencia Islámica en Irak”. Ese grupo sería el encargado de preparar a los milicianos que atacaron el campo militar de Estados Unidos.
Pero en ese contexto, la desmentida de Irán pone las cosas en un plano difícil para la Casa Blanca: puede tomar como válida esa postura y atacar solo a quienes causaron la muerte de los 3 militares. En todo caso, volver a un punto más frío todavía, las relaciones diplomáticas con Irán.
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Donald Trump cargó contra Joe Biden por su mala política exterior en Oriente Medio (Foto: gentileza LA Times).
Muy diferente sería que Joe Biden acusara directamente al régimen de los ayatolás de Irán. Sería ponerlos en un primer plano de una escalada incierta.
Además, Joe Biden se juega este año la chance de una reelección. Ve forzada su candidatura para intentar frenar el avance arrollador de Donald Trump en el Partido Republicano.
Trump acaba de decir que Estados Unidos, por la incompetencia de Biden, está en una situación de gran peligro y la humanidad, al borde de la III Guerra Mundial. No es el mejor candidato para intentar poner paños fríos en una compleja realidad internacional.