“Mi objetivo principal era experimentar con células porosas y explorar el potencial de las geometrías de superficies elevadas”, explicó Jonnalagedda en su cuenta de LinkedIn. Según la arquitecta, estas superficies mínimas promueven la innovación en campos tan diversos como la aeronáutica, la medicina y la ciencia de materiales.
TerraMound está compuesto por arcilla de terracota, adoptando diversas geometrías superficiales que imitan estructuras naturales. La replicación de la forma de los termiteros presentó un desafío significativo, superado gracias a la impresora 3D Delta WASP, que permitió fabricar las piezas necesarias. Posteriormente, estas piezas fueron cocidas en un horno antes de ser ensambladas.
El dispositivo opera de manera similar a un ventilador de escritorio. Se aplica agua en su parte superior, la cual se filtra a través de las rendijas, permitiendo que el aparato absorba humedad y enfríe el ambiente mediante evaporación. Aunque no es completamente autónomo, ya que incluye un pequeño ventilador eléctrico que funciona con pilas para potenciar el efecto refrigerante, su diseño permite su uso como elemento decorativo, y puede personalizarse según las preferencias del usuario.
El verdadero valor de TerraMound reside en la posibilidad de escalar su concepto para aplicaciones más amplias, como la construcción de casas y edificios. Este sistema puede integrarse en las fachadas de las viviendas, optimizando la ventilación y proporcionando una solución sostenible al enfriamiento residencial.