Guerra entre Rusia y Ucrania

Qué dijo el argentino Rafael Grossi tras su delicada misión en la central nuclear de Zaporiyia

La voladura de la represa sobre el río Dniéper provocó el avance descontrolado de las aguas, que inundaron todo a su paso. La planta utiliza ese río para refrigerar el reactor.
Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Rafael Grossi

Rafael Grossi, el argentino encargado de la seguridad nuclear en el mundo, con el tercer reactor de la central nuclear de Zaporiyia (Foto: captura de TV).

"La situación actual es grave, pero estamos tomando medidas para estabilizarla", dijo Rafael Grossi, el argentino que dirige el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Estuvo por tercera vez en la planta nuclear de Zaporiyia desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.

El responsable del organismo de Naciones Unidas que vela por la seguridad de las plantas nucleares en el mundo quiso ver personalmente el impacto de la voladura de una represa que causó el desborde del río Dniéper. La segunda planta nuclear de Europa está constantemente amenazada por los bombardeos y combates.

Pero la preocupación actual es porque el colapso de la represa de Kajovka, supuso un problema adicional para la seguridad de Zaporiyia, ya que del Dniéper toma el agua para su refrigeración.

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Un chequeo de seguridad demorado en la central nuclear

Grossi viajó desde Viena, en Austria -sede de la OIEA- para examinar las consecuencias del río desbordado y como impactó al llegar a la planta nuclear, ubicada a solo 40 km. de distancia.

Pero el viaje se postergó casi 48 horas por los combates que libran tropas rusas y ucranianas justamente a lo largo del Dniéper. El río es el límite occidental de la invasión rusa y, desde allí, Ucrania lanzó hace pocos días su "contraofensiva".

Rafael Grossi se reunió en Kiev con el presidente Volodimir Zelensky y renovó la cooperación de la OIEA para el mantenimiento de los protocolos de seguridad en torno a la central nuclear. Finalmente, pudo cumplir con la inspección este miércoles

Grossi: "Si no hay malas noticias, son buenas noticias"

El funcionario argentino de Naciones Unidas manifestó desde el inicio de la guerra su preocupación por la seguridad de la planta. En especial, porque pese a estar en suelo ucraniano y proveer gran parte de la energía que utiliza, Rusia la controla desde marzo de 2022, con lo que ello implica en medio de la guerra.

En sus dos visitas anteriores, el argentino hizo un esfuerzo titánico para obtener de ambas partes que los reactores nucleares no serían tomados como un posible blanco militar o estratégico. Así, por lo menos, dio cierta seguridad a Europa y al mundo sobre la estabilidad de la segunda central en importancia del Viejo Continente.

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Cuando llegó con su comitiva, lo esperaban las autoridades rusas que mantienen el control de ese lugar. Pero pudo recorrer las instalaciones y retirarse con algo de tranquilidad: lo que encontró es mejor de lo que esperaba. Si bien el agua del Dniéper ha crecido, no supuso una situación de peligro adicional en el ya complejo presente en esta guerra.

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Rafael Grossi, el argentino encargado de la Organización Internacional de la Energía Atómica, pudo comprobar cómo afectó el desborde del Dniéper a la central de Zaporiyia (Foto: captura de TV).

Rafael Grossi, el argentino encargado de la Organización Internacional de la Energía Atómica, pudo comprobar cómo afectó el desborde del Dniéper a la central de Zaporiyia (Foto: captura de TV).

Revisó las instalaciones, el centro de control y también las costas sobre las que se asienta la central. El Dniéper ha subido su altura y aumentado su caudal, pero la seguridad para la refrigeración del complejo no está comprometida

Es por eso que en sus breves declaraciones habló del trabajo conjunto para seguir en alto nivel los protocolos de seguridad, aunque la guerra no tenga un final a la vista.

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Un vehículo militar con la "Z", en la planta de Zaporiya, la letra elegida por Rusia para identificar a sus soldados y equipo bélico (Foto: captura de TV).

Un vehículo militar con la "Z", en la planta de Zaporiya, la letra elegida por Rusia para identificar a sus soldados y equipo bélico (Foto: captura de TV).

Los reactores están inactivos desde hace meses y la planta no genera energía. Pero los corazones de los reactores deben mantener su refrigeración constante para que no se recalienten y se corra el riesgo de una explosión de consecuencias dramáticas e irreversibles no solo para los países en guerra, sino para toda Europa y más también.

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La planta nuclear debe ser constantemente refrigerada en sus reactores para evitar el peligro de una explosión (Foto: captura de TV).

La planta nuclear debe ser constantemente refrigerada en sus reactores para evitar el peligro de una explosión (Foto: captura de TV).

El equipo de expertos liderado por Rafael Grossi culminó su tarea, al menos, sin una preocupación mayor a la de todos los días. Pero ratificó que en poco tiempo más regresará para continuar verificando la seguridad de Zaporiyia.

FUENTE: grossi