Restricciones

Una ciudad turística clave de Sudamérica cambia para siempre la forma de veranear para los turistas

Las autoridades de una ciudad tomaron una resolución inesperada. Afecta al comercio de varias de las actividades más características que se pueden encontrar en ese destino principal del turismo en América del Sur.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Extraña prohibición en una de las ciudades turísticas más famosas del mundo. (Foto: Gentileza pulsar)

Extraña prohibición en una de las ciudades turísticas más famosas del mundo. (Foto: Gentileza pulsar)

La medida no deja de sorprender a los cariocas: A partir del 1 de junio, la ciudad de Río de Janeiro prohibirá la música en vivo, las ventas sin permiso y cualquier actividad comercial no regulada en la franja costera. La medida amenaza con borrar el corazón cultural y económico en playas famosas mundialmente, como Copacabana, Ipanema y Leblon.

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Eduardo Paes, el alcalde de centroderecha, pretende preservar el orden urbano, la seguridad pública y el medioambiente. Pero lo que se le cuestiona es que en lugar de ordenar un descontrol, su medida es muy radicalizada. Le quitará a Río parte de lo que el mundo más disfruta allí: la música - que sigue inspirada en la bossa nova - y la comida al paso de cocos, choclo o jugos.

El pretexto es ordenar la vida en la ciudad y controlar la venta ambulante, tanto por las playas como por las principales avenidas pegadas a la costa en Río de Janeiro. Pero los comerciantes de esos rubros se quejan porque mientras la ciudad perderá parte de su identidad cultural en el mundo, ellos, perderán sus trabajos.

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Río de Janeiro puede cambiar parte de su

Río de Janeiro puede cambiar parte de su "identidad cultural", en búsqueda de mayor seguridad y tranquilidad para los cariocas y los turistas. (Foto: Archivo)

¿Río de Janeiro perderá parte de su encanto?

No se trata solo de controlar el ruido. Esto es silenciar la esencia de Río”, una de las concesionarias que tiene nada menos que 300 quioscos distribuidos entre Copacabana, Ipanema, Leme y Leblon.

Para los responsables de esa cadena, es quitarle una parte importante del atractivo mundial que tiene Río. Los puestos que venden al paso jugos, choclos y las conocidísimas lonas o pareos que los turistas se llevan de la "ciudad bendecida por Dios".

Otra de las prohibiciones más resistidas -y con toda la razón - es la que impedirá tener nombres tan clásicos como "Onda Azul" o "Sereia Tropical" (serena tropical). Con las disposiciones del alcalde carioca, los quioscos y puestos estarán todos numerados y ese será su "nombre": es decir, quiosco "1", "2" y así en adelante.

La medida es indefendible desde todo punto de vista. Hay muchos de estos puestos o quiscos callejeros que tienen fama propia. Ya sea por lo que venden o la simpatía de su titular. Se pasa de boca en boca o por las redes sociales, los nombres de los mejores puestos para comer "milho" (choclo) en la playa. Ya no será lo mismo buscar "Milho Carioca" que el puesto "18", por ejemplo. Para los comerciantes, esto afectará duramente a la fidelidad de los clientes y su identidad comercial.

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La resistencia a la medida del alcalde de Río de Janeiro

Ya tuvo una respuesta rápida en su contra. El Instituto Brasileño de Ciudadanía presentó una demanda que frene o suspenda estas medidas, ya que vulneran el derecho al trabajo. Otro tema muy controvertido será que se prohibirá la música en vivo, que suele escucharse en plazas o sobre la playa. Esto no afectará a conciertos como el reciente de Lady Gaga, pero sí, busca sacar de las calles a los que tocan música "a la gorra". Por supuesto, difícil es oponerse a que se impidan las ventas sin permiso o la actividad comercial ilegal.

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Vendedores ambulante de choclo. Postal de Río de Janeiro que puede desaparecer. (Foto: Gentileza O Globo)

Vendedores ambulante de choclo. Postal de Río de Janeiro que puede desaparecer. (Foto: Gentileza O Globo)

Como en cualquier país con problemas de exclusión y marginalidad, Brasil tiene este problema y en Río de Janeiro se ve a cada paso: La actividad informal mueve unos 4 mil millones de reales al año y muchos cariocas viven todo el año de eso. Si se les quita esa forma de trabajo, quedarían desamparados. Muchos son moradores de las favelas y si no pueden trabajar caerían fácilmente en manos de los narcos que manejan esos centros urbanos que conviven en la gran ciudad de Río de Janeiro.

Muchas de estas reglas ya existen, pero entre otras cosas, por la alta informalidad, no se aplican. Ahora, el intendente quiere "depurar" la ciudad de esta actividad que no se ajusta a ninguna regla.

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Vinicius y la

Vinicius y la "garota de Ipanema". Un himno de la música brasileña, la Bossa Nova. (Foto: Gentileta TBR)

En 1962, Vinicius de Moraes y Tom Jobim, alumbraron ese himno de la Bossa Nova, símbolo de Río de Janeiro: "Garota de Ipanema". La escribieron y le pusieron música al ver siempre pasar a la misma joven rubia por al lado del bar en el que pasaban horas (antes, Bar Veloso y desde hace décadas, "Vinicius de Moraes". En 1965, Jobim y Vinicius le confesaron a Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto que ella fue su musa inspiradora. Helô (así conocida popularmente) es dueña de una cadena de locales de venta de bikinis que se llama Garota de Ipanema.

Si la medida del alcalde se aplica en su totalidad, tal vez nos estemos perdiendo a la "garota do século XXI" para Río de Janeiro.