En tan solo un par de días, Franco Armani pasó de los obsequios y las ovaciones en Santiago del Estero, Córdoba y el Monumental por haber sido campeón del mundo con la Selección Argentina a escuchar las cargadas de los hinchas de Tigre en Victoria. El público local intentó desconcentrarlo el último sábado, pero el arquero de River se hizo gigante y se convirtió en la gran figura del partido que el Millo ganó por 1-0.