Siempre que Juan Román Riquelme habla es todo un acontecimiento. Lo suele hacer de manera espaciada, organizada y previamente acordada. Pero lo de esta noche fue tan espontáneo como visceral. Mientras los futbolistas y otros dirigentes del Consejo de Fútbol se agarraban a piñas dentro del estadio, el vicepresidente salió a pegar con un micrófono en mano.