Entre otras consideraciones, el seleccionador hizo referencia a la semifinal de la anterior competencia de 2019, perdida ante el mismo rival, y el objetivo del equipo.
"No creo en las revanchas, a pesar de muchos para mí no es una revancha esta final en la que nos volvemos a encontrar con Brasil. Puede ser un partido que paralice al mundo, pero no hay revancha", expuso.
"En lo que creo es en el trabajo, en el proyecto que desarrollamos y por el cual ahora estamos acá", agregó el rosarino, de 43 años.
"Como entrenador es algo muy importante estar en la final y sé lo que representa ganarla. Siempre hay que dar resultados, es lo que se exige, y la selección argentina quiere ese resultado", apuntó.
Scaloni trató de restarles presión a sus jugadores, comentando que por las charlas previas, se les hizo entender a los mismos que la final "son 90 minutos importantes, pero que después de eso, cualquiera fuese el resultado, la vida sigue", indicó.
"La final es un partido de fútbol, nada más, que puede ser importante, pero esta visto desde el año pasado con la pandemia (de coronavirus) que el fútbol no es lo más importante", destacó.
En el último tramo, manifestó sentirse "orgulloso" de dirigir al "grupo hizo tantos esfuerzos personales para llegar hasta aquí", por los 40 días en una 'burbuja', dejando a sus familias y puntualizó el caso del arquero Emiliano Martínez, que fue papá de una beba hace cuatro días y que aún no la conoce personalmente.
Scaloni se despidió sin confirmar el equipo, pero sí con un mensaje especial: "Quiero saludar a mi país porque hoy es el día de la Patria".
Fuente: Télam