El propio Alfonso explicó que Savanz va a relatar su versión una vez que se termine el procedimiento de cámara gesell que deberá enfrentar la menor en los próximos días. También solicitó que su cliente sea sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas para poder esclarecer cuál el verdadero estado de su salud mental. A última hora de ayer, el abogado de Savanz solicitó la excarcelación de su cliente.
Savanz, de 39 años, tiene antecedentes penales. Había sido denunciado en marzo de 2020 por abusar de una menor que integra su núcleo familiar. La acusación la realizó su exmujer y recayó en la UFI Nº2 de la jurisdicción de Presidente Perón. En ese momento, Savanz convivía con su pareja y su familia en la localidad bonaerense de Guernica. La causa fue calificada como abuso sexual simple. La mujer lo denunció por “tocamientos” y los fiscales del caso emitieron un orden para excluirlo del domicilio. Enterado de la decisión judicial, Savanz se fugó. La pandemia complicó ese expediente. No se pudo realizar la declaración en cámara Gesell de la menor, una prueba clave en cualquier expediente por un delito sexual contra niños.
Mientras tanto continúa el malestar oficial con la figura del ministro de seguridad provincial Sergio Berni. Más allá de haber sido ratificado en el cargo por el gobernador Axel Kicillof el enojo persiste porque consideran que el funcionario “quiso hacer una jugada política personal”.
Tanto las fuentes consultadas en Nación, Ciudad y las del ámbito judicial revelan que la aparición de la niña “M” fue producto de una excelente coordinación entre las distintas jurisdicciones. El mismo lunes de la desaparición se conformó en la sede del Ministerio de Seguridad nacional una “Sala de Situación” en la que participaron las fiscales, la jueza Galetti, el Sistema Federal de Búsqueda (SIFEBU), empleados de la empresa Facebook, Missing Children, el Enacom y la Procuración.
Ahí se puso en marcha el llamado Alerta Sofía, lo que significa la difusión masiva del caso, un seguimiento en redes sociales y la búsqueda de imágenes en cámaras de seguridad. El apoyo de los centros de operaciones de varios municipios fue clave. Quizás por eso nadie entendió la violenta reacción de Berni. Ni siquiera los propios funcionarios más cercano que integran su equipo que lo vieron gritar enardecido como nunca antes.