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Ciudad Evita: una jubilada estuvo 4 horas cautiva en su propia casa mientras 5 delincuentes la desvalijaban

Una jubilada fue víctima de un violento asalto en su propia casa de Ciudad Evita, donde cinco delincuentes la mantuvieron cautiva hasta la madrugada.

Cinco delincuentes tuvieron cuativa a una jubilada durante la noche.

Cinco delincuentes tuvieron cuativa a una jubilada durante la noche.

Una jubilada estuvo cautiva por 4 horas adentro de su casa en Ciudad Evita, rehén de un grupo de cinco delincuentes que entraron a la fuerza durante la madrugada. Los ladrones la desvalijaron y destrozaron muebles y prendas de ropa en busca de dólares en efectivo y alajas.

Las cámaras de seguridad lograron captar el momento en que esta banda de cinco ladrones jóvenes se meten en la propiedad. Ingresan cerca de la 1 de la mañana al jardín, trepando la reja.

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Tal como se puede ver en los videos que fueron tomados luego del asalto, la casa de la jubilada quedó destruída. Rompieron sillones, abrigos, tapizados y muebles en busca de dinero y joyas.

Según pudo reconstruir A24, la señora recibió amenazas de parte de los ladrones pero no fue agredida físicamente.

Además, previamente habían intentado ingresar a otro domicilio de la zona pero un vecino activó la alarma vecinal y los ladrones se dieron a la fuga. La misma noche, minutos después, entraron a la casa de la jubilada.

La policía cree que es la misma banda, que busca casas con gente mayor para aprovechar la vulnerabilidad.

Una banda de delincuentes con experiencia aterroriza Ciudad Evita

De acuerdo con el portal Cronos, que cubre noticias del conurbano bonaerense, estos cinco jóvenes ladrones se mueven con la naturalidad y profesionalismo en la zona, y aterrorizan a la localidad de Ciudad Evita. En las ultimas semanas y durante la madrugada, robaron en domicilios ocupados por matrimonios de jubilados o por adultos mayores que no están acompañados.

Las víctimas habrían realizado las denuncias policiales correspondientes pero eligieron no hablar con la prensa por miedo a las represalias de los sujetos que no fueron identificados.

La cronología de la entradera

En las primeras horas de este martes, vestidos con prendas oscuras y guantes, capuchas y algunos con barbijos, los delincuentes aparecieron a bordo de una camioneta tipo familiar e ingresaron a dos casas con el modus operandi habitual: barretearon la puerta principal en la primera y las rejas de una ventana en la segunda.

En la primera propiedad a la que intentaron ingresar, dejaron el vehículo frente a la casa de la víctima, treparon el enrejado y caminaron por la medianera para llegar al jardín delantero de la propiedad. Demoraron menos de tres minutos en violentar el acceso principal y llegar a la dependencia central.

Los sujetos ingresaron a la habitación donde dormía la propietaria, la despertaron e instantes después los planes les fueron desbaratados: un vecino que observó el auto desconocido frente a la casa de la mujer, detectó el ingreso de los ladrones y activó la sirena de la alarma vecinal.

Sin perder tiempo y solo con el teléfono celular de la mujer, que se llevaron para dejarla incomunicada, los sujetos abandonaron el lugar como ingresaron y escaparon con el quinto cómplice que permaneció en el vehículo y ofició de campana.

El ingreso a la segunda vivienda donde estuvieron 4 horas

Una hora después los delincuentes reaparecieron a menos de dos kilómetros y en una vivienda ubicada en cercanías de la Av. Monseñor Bufano. En esta ocasión los delincuentes violentaron la ventana del comedor sin ser advertidos por nadie y sin enfurecer al perro que dormía en ese lugar.

Los cuatro encapuchados despertaron a la jubilada y a partir de ese momento la mantuvieron cautiva y la obligaron a recorrer cada ambiente del hogar hasta las 5:30.

"No la golpearon, la mantuvieron siempre con ellos y sujeta de un brazo que terminó muy marcado. En todo momento le preguntaron donde tenía dinero y las joyas, también por qué no usaba alianza de matrimonio", destacó una vecina de la víctima.

Durante el tiempo que permanecieron en la segunda casa revisaron y desbarataron cada placar, alacena y cajón.

"Destruyeron todo en busca de dólares, efectivo y alhajas que no había. Rompieron los forros de los abrigos y viejos tapados de piel, las fundas de los almohadones y los tapizados de sillas y sillones. Sacaron los cuadros, revolvieron e hicieron un desastre en los baños", describió la mujer que asistió a la dueña de casa. "En la cocina vaciaron las alacenas, dieron vuelta los tarros de azúcar, yerba y harina en busca de objetos de valor escondidos", agregó.