Búsqueda

El misterio de Nicola Henkler, la turista alemana que desapareció en Bariloche hace 20 años

La joven fue vista por última vez el 22 de diciembre de 2002 cuando salió a caminar. La desaparición de Nicola Henkler causó conmición y el caso continúa sin resolverse.
Ayelén Bonino
por Ayelén Bonino |
Nicola Henkler

Nicola Henkler, la turista alemana que desapareció en Bariloche.

Nicola Henkler desapareció hace 20 años en el paraíso. La joven alemana vivía en Dortmund y llegó a la Patagonia el 17 de diciembre de 2002, donde se alojó en el hostel “La Bolsa del Deporte” de Bariloche. Fue vista por última vez cinco días más tarde, cuando -se cree- salió a caminar. Hoy, tras años de búsqueda, su paradero es aún un misterio.

Nicola Henkler y una extraña desaparición en Bariloche

Luego de haber viajado con un amigo a Brasil, Nicola Henkler, una fisioterapeuta de 28 años que recorría el mundo como mochilera, estaba feliz de arribar a suelo patagónico. En los últimos mails que les mandó a su familia, les contó que durante sus primeros días en Bariloche paseó por el Circuito Chico en bicicleta y visitó El Bolsón. Pensaba ir a San Martín de los Andes y de allí viajar a Buenos Aires a pasar Año Nuevo con un amigo, pero ese proyecto quedó trunco.

Según reconstruyeron los medios por esos años, aquel 22 de diciembre fue vista por última vez alrededor de las 13.30 por un turista europeo, compañero de alojamiento, llamado Stephan Nicolet. El hombre se despidió de ella en la esquina de Moreno y Palacios.

De acuerdo a su testimonio, ella quería ir al cerro Catedral, pero a esa hora no había colectivos y se cree que fue a caminar por el lago Nahuel Huapi. El siguiente micro partía a las 15, pero los chóferes que trabajaron ese día confirmaron que la joven jamás lo tomó.

Una búsqueda con más misterio que pistas

Fue la responsable del albergue quien radicó la denuncia poco más tarde, alarmada por su ausencia. Los primeros trascendidos decían que, el día que salió del hostel y desapareció, Nicola había dicho que quería “estar un poco sola”. Un testigo le adjudicó estar “triste”, aunque esta versión fue puesta en duda por su familia, con quien mantenía contacto regular.

Su hermano, Fred, pudo reconstruir poco después que el turista que la acompaño ese día “se había enamorado de ella desde la primera vez que la vio”. Con él cenó en el restaurante Weiss la noche antes de desaparecer. En rigor, según publicaron los medios, con él iba a encontrarse por esos días para cenar otra vez. Fred , quien arribó al país tras la desaparición, también planteó dudas sobre que Nicola pudiera haberse ido sola a caminar por la montaña, ya que -dijo por entonces- no acostumbraba a hacer trekking sin compañía.

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A partir de allí todo fue desconcierto. Su búsqueda empezó en Navidad. Un perro rastreador siguió sus huellas hasta Moreno y Palacios. En esa esquina, la de la parada, se desdibujó el último dato sobre ella. Con el correr de las semanas, fue rastreada por la policía provincial, Gendarmería, Policía Federal, Prefectura y el Ejército, bajo tierra y agua. En su locker encontraron una bolsa de dormir, ropa, la fotocopia del pasaporte y un pasaje desde Santiago de Chile a Auckland, Nueva Zelanda, reservado para marzo de 2003.

Sin más rastros, las autoridades acudieron a presuntos datos de “videntes”. Una de ellas, dijo que la turista había sido violada cerca de una obra, en la zona de Catedral, aunque jamás se encontraron pistas ni evidencias. En este marco, la familia de Henkel dispuso una recompensa de $5.000 primero y luego de $10.000. A partir de los llamados, los investigadores se guiaron por presuntos testigos que decían haberla visto en La Angostura, El Bolsón y varios barrios barilochenses. Todos los indicios llevaban a un camino sin salida.

"Un crimen sexual": la sospecha de la familia

En el año 2002, su hermano aseguró a los medios locales que la joven había sido víctima de un presunto "crimen sexual”, aunque su familia no sabía en qué circunstancias. La afirmación se basaba, entre otras cosas, en un llamado que habían recibido por entonces de una persona de Bariloche que les había dicho que sabía que Nicola “había sido raptada por un Policía” y que éste la habría violado y matado, para luego deshacerse del cadáver.

La familia se comunicó con el gobierno alemán para reactivar la causa. Hasta se llegó a designar a un policía germano en Buenos Aires para que se dedicara a la investigación. Sin embargo, el juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi afirmó que nada de eso aparecía en el expediente. Por entonces, el magistrado secuestró un auto y comparó los cabellos encontrados allí con el ADN de Nicola. Sin embargo, el resultado fue negativo. Ésa fue la última que hubo de Nicola Henkler.