La mujer habría actuado motivada por razones económicas, ya que el divorcio podía representar una pérdida patrimonial importante para su hijo. Además, se presume que ambos buscaban el control del dinero de la víctima, un hecho que se ve respaldado por las acciones financieras que el médico ejecutó inmediatamente después del asesinato.
Movimientos sospechosos tras el crimen
Uno de los aspectos más impactantes del caso fue revelado por el fiscal a cargo, Marcus Túlio Nicolino, quien detalló el comportamiento frío y meticuloso del médico tras la muerte de su esposa.
Según la acusación, Garnica intentó modificar la escena del crimen y borrar rastros digitales y físicos. Limpió la casa, eliminó archivos de dispositivos electrónicos y, como si no fuera suficiente, comenzó a utilizar las tarjetas de su esposa para realizar pagos y transferencias.
Este accionar reveló no solo su urgencia por obtener el dinero de la víctima, sino también una falta total de remordimiento.
Una acusación que estremece: homicidio triplemente calificado
Las pruebas recopiladas por los investigadores permitieron formular una acusación de femicidio triplemente calificado. Los tres agravantes contemplados por la Justicia son:
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Uso de veneno: al haber utilizado una sustancia altamente tóxica.
Motivación vil: el crimen fue cometido por codicia y venganza.
Dificultad para la defensa de la víctima: la mujer no tenía forma de anticipar ni defenderse del ataque.
Además, se agregó un posible delito de fraude procesal, ya que Garnica habría manipulado elementos para desviar la investigación.
Detención y medidas judiciales
El 6 de mayo, Luiz Antônio Garnica y su madre fueron detenidos de manera provisoria. El Ministerio Público pidió que la detención se convierta en prisión preventiva y también solicitó el levantamiento del secreto bancario de ambos acusados para profundizar la línea investigativa relacionada con los intereses económicos detrás del crimen.
Las autoridades están convencidas de que tanto el móvil como la ejecución del asesinato estuvieron fuertemente influenciados por el deseo de los acusados de apoderarse del patrimonio de la víctima.
El alegato de la defensa: acusaciones cruzadas entre madre e hijo
A pesar de la gravedad de las pruebas, la defensa de Garnica intenta desviar la responsabilidad hacia su madre. En una entrevista concedida al medio O Globo, los abogados del médico aseguraron que su cliente no participó en el homicidio y que fue su madre quien ideó y ejecutó el crimen motivada por intereses económicos personales.
Este intento de desmarcarse de la responsabilidad penal forma parte de la estrategia legal del acusado, aunque los fiscales consideran que existen elementos suficientes para demostrar la premeditación y colaboración de ambos.
Una sociedad conmocionada y un sistema judicial bajo la lupa
Este crimen no solo ha generado indignación por su brutalidad, sino también porque pone en evidencia cómo la violencia de género puede manifestarse en formas sofisticadas y extremadamente crueles.
En Brasil, donde las tasas de femicidios siguen siendo alarmantes, este caso se suma a una larga lista de crímenes contra mujeres que exigen respuestas firmes del sistema judicial y políticas públicas más eficaces.
El hecho de que los acusados fueran personas educadas y de clase media alta rompe con estereotipos y demuestra que la violencia de género trasciende barreras socioeconómicas.
El uso del veneno: un método antiguo y letal
El rodenticida utilizado en este caso no es un veneno común. Se trata de una sustancia que actúa lentamente, generando hemorragias internas y alteraciones orgánicas que pueden ser confundidas con fallas naturales del cuerpo. Esto dificulta su detección temprana y permite, en muchos casos, que el crimen quede impune.
Sin embargo, en esta ocasión, los análisis forenses fueron concluyentes. Se detectaron restos de la sustancia tóxica en el cuerpo de la víctima, lo que permitió a los peritos confirmar la hipótesis del envenenamiento.