Las familias de las víctimas ya apelaron la medida a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y están a la espera de una resolución.“No voy a tener tranquilidad hasta que me muera”, concluyó Anna. Las madres se mostraron dolidas por la pérdida de sus hijas que habían ido a festejar un cumpleaños y se cruzaron con el asesino a quien no conocían de antemano y que ahora goza de libertad.
Por su parte, el juez de Cámara que condenó a Bonetto a prisión perpetua en 2018, Ángel Nardiello, se refirió a las imágenes que lo muestran en libertad en A24: “No es lógico en un mundo normal, pero es consecuencia de la Ley de Salud Mental que tiene 15 años de operatividad”..
Durante el juicio, recordó el magistrado, se pudo probar que Bonetto no solo eligió el mecanismo que iba a usar para matar, sino que también seleccionó a las personas que iba a atacar.
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El condenado fue grabado mirando un partido de fútbol.
Para el juez que lo condenó es imputable
“El día anterior le había adelantado a una compañera que iba a hacer un desastre”, sumó Nardiello. Incluso, el propio Bonetto durante el debate oral declaró: “Yo no soy inimputable, yo sé lo que hice”. “Por eso fue condenado a perpetua”, explicó el juez, y cuestionó: “Ahora el hecho más grave es que puede estar entre nosotros, padeciendo algún tipo de alteración”.
El doble crimen ocurrió el 11 de octubre de 2016, cuando Nuria y Natalia salieron de la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano y se dirigieron junto con otros jóvenes al Parque Irala, a unas dos cuadras del estadio de Boca para festejar el cumpleaños de uno de ellos. Después del asesinato, Bonetto apareció con el cuchillo que utilizó en el crimen clavado en su cabeza.
Nuria Couto tenía 18 años y murió el 5 de noviembre en el Hospital Argerich, donde estaba internada desde la inexplicable agresión. Natalia Grebenshchikova murió el día 24 de ese mismo mes. Tenía solo 15 años.