Inesperado giro y detención en el triple crimen de Lara, Morena y Brenda
El triple crimen de Florencio Varela, uno de los episodios policiales más estremecedores del año, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo clave con la detención de un hombre de 42 años, señalado como integrante de la banda que estaría detrás del brutal asesinato de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20).
El triple crimen de Florencio Varela, uno de los episodios policiales más estremecedores del año, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo clave con la detención de un hombre de 42 años, señalado como integrante de la banda que estaría detrás del brutal asesinato de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20). El arresto, concretado tras un minucioso trabajo de análisis de cámaras de seguridad, podría resultar determinante para reconstruir el funcionamiento interno de la organización narco sospechada de haber planificado y ejecutado el crimen.
La captura se produjo el viernes por la noche en un domicilio de la localidad de Berazategui, luego de que los investigadores lograran identificar al sospechoso en distintas grabaciones obtenidas en comercios y espacios públicos del sur del Conurbano bonaerense. En esas imágenes, el ahora detenido aparece en contacto directo con al menos dos imputados que ya se encuentran tras las rejas, lo que refuerza la hipótesis de una estructura delictiva organizada y no de un hecho aislado.
Según confirmaron fuentes del Gabinete de Homicidios de la DDI La Matanza, el hombre había sido detectado previamente en una parrilla de Avellaneda durante septiembre, lugar donde mantuvo encuentros con otros miembros de la banda. Ese dato, que en su momento parecía menor, cobró relevancia con el avance de la causa y permitió cerrar el círculo sobre su presunta participación.
“Este arresto es clave en la investigación y podría aportar información determinante sobre el rol de cada integrante de la banda”, aseguraron fuentes judiciales con acceso al expediente.
El sospechoso quedó incomunicado, a disposición del fiscal interviniente, y se espera que sea indagado en los próximos días, en una audiencia que genera gran expectativa tanto en la Justicia como en la opinión pública.
Una trama criminal que comenzó con engaños
El caso conmocionó al país cuando se confirmó el hallazgo de los cuerpos de tres jóvenes brutalmente asesinadas, luego de haber sido citadas bajo engaños. De acuerdo con la investigación, Lara, Morena y Brenda fueron convocadas a una supuesta fiesta en una vivienda de Florencio Varela, una invitación que nunca existió y que funcionó como anzuelo mortal.
Las chicas desaparecieron sin dejar rastros y, durante varios días, sus familias vivieron horas de angustia e incertidumbre. La búsqueda desesperada terminó de la peor manera cuando la Policía encontró los cuerpos enterrados en una casa, en un escenario que dejó al descubierto un nivel de violencia extrema.
Las pericias forenses confirmaron que las jóvenes fueron asesinadas y mutiladas, lo que elevó el caso a una categoría de crimen aberrante. Desde ese momento, los investigadores comenzaron a seguir la pista de una banda narco que operaría entre el barrio porteño de Flores y distintas localidades del Conurbano bonaerense, dedicada no solo al tráfico de drogas sino también a ajustes de cuentas y castigos ejemplificadores.
La hipótesis narco y el rol de las víctimas
Con el avance de la causa, la Justicia empezó a delinear una hipótesis cada vez más firme: las jóvenes habrían sido marcadas por la banda por motivos que aún se investigan. No se descarta que el crimen haya tenido como objetivo enviar un mensaje dentro del circuito narco o castigar una supuesta traición, deuda o información sensible.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que las víctimas no habrían sido un blanco casual, sino que habrían sido seleccionadas de manera deliberada. El nivel de planificación previo —la falsa invitación, el traslado, el lugar elegido para ocultar los cuerpos— refuerza la idea de una logística criminal aceitada, propia de organizaciones con experiencia en este tipo de delitos.
La detención del hombre de 42 años aparece, en este contexto, como una pieza fundamental para entender la cadena de mando dentro de la banda y para establecer quién dio la orden final.
Cámaras de seguridad y reconstrucción de movimientos
Uno de los ejes centrales de la investigación ha sido el análisis de cámaras de seguridad públicas y privadas. Comercios, parrillas, estaciones de servicio y calles del Conurbano aportaron imágenes que permitieron reconstruir recorridos, encuentros y horarios.
En ese rompecabezas visual, el ahora detenido aparece interactuando con otros imputados, en actitudes que, según los investigadores, no dejan lugar a dudas sobre su vínculo con la organización. Las imágenes fueron clave para solicitar la orden de allanamiento y posterior detención.
“La causa se sostiene sobre pruebas firmes, no solo testimoniales sino también técnicas”, remarcaron fuentes policiales.
Un caso que expuso la violencia extrema en el Conurbano
El triple crimen de Florencio Varela volvió a poner en el centro del debate la expansión de las bandas narco en el Gran Buenos Aires y su capacidad para operar con niveles de crueldad cada vez más altos. Para especialistas en seguridad, el caso refleja una disputa territorial que desborda a las fuerzas locales y requiere una estrategia integral.
Vecinos de la zona, aún conmocionados, aseguran que el miedo persiste. “Después de esto, nadie duerme tranquilo”, confesó una mujer que vive a pocas cuadras de la vivienda donde fueron encontrados los cuerpos.
La investigación sigue abierta
Pese a los avances, la causa está lejos de cerrarse. La Justicia busca determinar el grado de participación de cada uno de los detenidos, establecer responsabilidades penales concretas y, sobre todo, definir el móvil exacto del crimen.
La indagatoria del nuevo detenido podría abrir nuevas líneas de investigación, derivar en más arrestos y aportar datos clave sobre el funcionamiento interno de la banda, sus conexiones y su alcance territorial.
Mientras tanto, las familias de Lara, Morena y Brenda continúan reclamando justicia y respuestas, en medio de un dolor que no encuentra consuelo.
Un crimen que marcó al país
El triple asesinato no solo dejó tres vidas truncadas, sino también una herida profunda en la sociedad. La brutalidad del hecho, la corta edad de una de las víctimas y la presunta implicancia del narcotráfico convirtieron al caso en un símbolo del avance de la violencia criminal.
Cada nueva detención reaviva la esperanza de esclarecer el horror, pero también recuerda la dimensión del problema que enfrentan las autoridades.