Los investigadores creen que el disparo se habría realizado con un arma reglamentaria, aunque aún no está claro si fue la utilizada por Bustamante o si pertenecía a Romaniuk. Peritos de la Policía Científica trabajaron durante horas en el departamento para recolectar rastros, levantar muestras y reconstruir la secuencia previa al disparo.
La principal incógnita, por el momento, es qué ocurrió en los minutos previos a la llegada del patrullero: si hubo una discusión entre ambas mujeres, si existió un ataque directo o si la muerte se produjo en el marco de otra circunstancia no violenta. Tampoco se descarta que el disparo pueda haber sido autoinfligido.
Como parte del procedimiento, Romaniuk quedó a disposición de la Justicia mientras avanza la investigación. El fiscal interviniente ordenó peritar el arma encontrada en la escena, tomar declaraciones a vecinos que pudieran haber escuchado gritos o ruidos previos y analizar si en la relación existían antecedentes de violencia.
El caso, en manos de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional, se investiga bajo el protocolo de femicidio, tal como establece la normativa cuando una mujer muere en un contexto que involucra vínculos afectivos o discusiones de pareja. No obstante, la hipótesis del suicidio sigue sobre la mesa y no será descartada hasta que los peritajes aporten información concluyente.
La autopsia, que se realizará en las próximas horas, será clave para determinar distancia del disparo, trayectoria del proyectil y posibles signos de defensa. Esos datos, junto con los análisis balísticos del arma y las pericias del departamento, podrían empezar a definir si la muerte de Bustamante fue un asesinato o un suicidio.