HOMICIDIO

"Se porta mal", la tenebrosa foto de Laura Leguizamón con el libro que leyó antes de asesinar a su familia

La conmoción que provocó el brutal crimen de una familia entera en Villa Crespo aún resuena en la opinión pública. En medio de la consternación, salieron a la luz publicaciones previas en redes sociales realizadas por Laura Leguizamón, la mujer acusada de asesinar a su esposo y a sus dos hijos, que podrían revelar un inquietante indicio de lo que estaba por venir.

Se porta mal, la tenebrosa foto de Laura Leguizamón con el libro que leyó antes de asesinar a su familia

La conmoción que provocó el brutal crimen de una familia entera en Villa Crespo aún resuena en la opinión pública. En medio de la consternación, salieron a la luz publicaciones previas en redes sociales realizadas por Laura Leguizamón, la mujer acusada de asesinar a su esposo y a sus dos hijos, que podrían revelar un inquietante indicio de lo que estaba por venir.

En una serie de posteos que datan del año 2015, Leguizamón compartió imágenes de unas vacaciones familiares en la playa. Durante ese tiempo, según su propio relato, leyó un libro titulado “Crímenes en familia”, una recopilación de siete casos reales de parricidios en Argentina. Lo que podría haber sido una simple recomendación literaria hoy adquiere una dimensión perturbadora.

Ivo se porta horrible. Desarma castillos serial es ivo”, escribió entonces en tono irónico, en referencia a su hijo mayor. La frase pasó desapercibida durante años, pero en retrospectiva parece esconder una tensión soterrada que, años después, estallaría en una tragedia.

El hallazgo que marcó un antes y un después

El espanto se desató el pasado jueves, cuando Lucía Alejandra López, la empleada doméstica de la familia, descubrió los cuatro cuerpos sin vida en el departamento de la calle Camargo, en el barrio porteño de Villa Crespo. Inmediatamente, dio aviso a la policía, dando inicio a una investigación que aún intenta dilucidar todos los detalles del caso.

Fue la periodista Mercedes Ninci, durante una emisión del programa Mujeres Argentinas, quien aportó detalles clave: “La empleada, Lucía Alejandra López, decía que la veía muy rara desde hace 15 días. Yo la llamé para ver si podía hablar conmigo, pero no me contestó. Imagínense el estado emocional de la empleada en estos momentos”.

El testimonio de López será central para reconstruir las últimas semanas de Laura Leguizamón y entender si hubo señales de alarma que pasaron inadvertidas.

Un perfil psicológico en crisis

Según explicó la licenciada en Psicología Carolina Sorondo, lo ocurrido responde a una figura clínica conocida como “felicidio-suicidio”, es decir, el asesinato de los propios hijos seguido de un intento (o concreción) de suicidio por parte del progenitor.

La profesional sostuvo que la principal hipótesis apunta a un brote psicótico breve, de carácter reactivo y de corta duración. “Se decía que esta mujer estaba haciendo un tratamiento psiquiátrico y que lo había abandonado. Por lo cual, el hecho de dejar la medicación pudo haber disparado un fenómeno psiquiátrico excitatorio y alucinatorio. Y en ese estado, habría cometido el crimen”.

Estas palabras abren una línea de análisis dolorosa pero necesaria: ¿cuál es la responsabilidad del entorno y del sistema de salud cuando una persona abandona un tratamiento psiquiátrico? ¿Cuáles son los límites entre la enfermedad mental y la acción criminal?

Un matrimonio que parecía sólido, una familia que sonreía

Hasta la fecha, no había denuncias por violencia intrafamiliar. Según conocidos del entorno, la pareja entre Laura y su esposo, Matías Fuentes, era estable. Compartían momentos en redes sociales, viajes, salidas con amigos, cumpleaños. Nada, a simple vista, sugería un desenlace tan oscuro.

No obstante, fuentes cercanas señalaron que Laura había presentado señales de deterioro emocional en los últimos meses. Aislamiento, cambios abruptos de humor, comentarios ambiguos. Pero como suele ocurrir, los síntomas fueron minimizados o atribuidos al estrés cotidiano.

“Uno nunca piensa que alguien cercano pueda hacer algo así. Es más fácil negar, mirar para otro lado, hasta que es demasiado tarde”, expresó una amiga de la infancia, bajo anonimato.

El rol de la literatura en la construcción del crimen

El dato del libro “Crímenes en familia” adquiere ahora un peso simbólico inquietante. Se trata de una obra de no ficción que recopila casos resonantes de homicidios dentro del núcleo familiar, algunos cometidos por madres que, al igual que Laura, parecían fuera de todo patrón criminal.

La pregunta inevitable es: ¿la lectura de ese libro fue una señal, una inspiración o simplemente una coincidencia? No hay una respuesta clara, pero los investigadores no descartan que el texto haya dejado una huella emocional en Leguizamón, especialmente considerando el momento de vulnerabilidad psicológica en el que se encontraba.

Un país conmocionado y en busca de explicaciones

Desde que se conoció la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de consternación, pero también de enojo y desconcierto. La muerte de los dos pequeños, de apenas 6 y 9 años, provocó una indignación generalizada. Muchos se preguntan cómo pudo llegar tan lejos una persona sin que nadie interviniera a tiempo.

Organismos de derechos del niño, colectivos de salud mental y especialistas en psicología forense coinciden en que el caso debe abrir un debate profundo sobre la salud mental en Argentina, la falta de seguimiento a pacientes en tratamiento y los recursos disponibles para prevenir hechos de esta magnitud.

El silencio como testigo

Mientras tanto, el edificio donde vivía la familia permanece en silencio. Vecinos que compartían charlas de ascensor o saludos en el pasillo ahora caminan con la mirada baja. Un portero declaró a los medios: “Todavía no lo puedo creer. Escuchábamos risas, música, los chicos jugando. Nunca pensamos que algo así podía pasar ahí adentro”.

Esas risas, hoy ausentes, resuenan con fuerza en la memoria de quienes los conocieron. Y el eco de ese silencio será difícil de acallar.