“Recientemente había aprendido a decir ‘te amo’”, contó entre lágrimas su tía, Lacey Hardie, en declaraciones a medios locales. Con emoción y rabia contenida, la mujer describió el inmenso vacío que dejó la partida de Conrad. “Esta depravación intencionada, que causó la muerte de un niño inocente, ha generado un dolor insoportable. Ninguna familia debería atravesar este tipo de tragedia”, aseguró.
¿Una técnica aprobada o negligencia individual?
La demanda de Tara Williams también apunta contra la institución, a la que acusa de no haber capacitado ni supervisado adecuadamente a sus empleados. Según su testimonio, la guardería permitía y aprobaba este tipo de técnicas para dormir a los niños, incluso cuando se trataba de menores con condiciones especiales, como era el caso de su hijo.
“Poppy’s Playhouse 2 falló en proteger a Conrad, en entrenar a sus empleados y en garantizar un ambiente seguro”, sostuvo la madre. En la presentación judicial, también se señala que hubo un abandono de persona, ya que después de la maniobra que lo dejó inconsciente, no se realizaron intentos por verificar su estado ni brindarle asistencia médica.
Una comunidad sacudida por el dolor
La noticia del fallecimiento de Conrad generó una ola de indignación en Park Hills. La comunidad local, conmovida por la tragedia, comenzó a exigir justicia por la muerte del niño. Padres, vecinos y familiares organizaron vigilias, manifestaciones y expresiones públicas de apoyo a la familia.
En medio del escándalo, Spring Gray, concejala de la ciudad y propietaria de la guardería, presentó su renuncia al cargo público. Además, las autoridades locales determinaron el cierre preventivo del jardín de infantes, que permanecerá clausurado hasta que se resuelva la investigación.
La investigación en manos del Departamento del Sheriff
El caso está siendo investigado por el Departamento del Sheriff del Condado de St. Francois. Aunque aún no se han presentado cargos penales, los investigadores están recopilando videos de vigilancia, testimonios de los empleados, y documentación médica para reconstruir los últimos momentos de vida de Conrad.
Según trascendió, la autopsia confirmó que la causa de muerte fue asfixia mecánica por compresión torácica, lo que refuerza la hipótesis planteada por la madre. El informe forense será clave para determinar si hubo una conducta criminal y si el empleado actuó por cuenta propia o siguiendo directrices institucionales.
Un adiós lleno de amor
El sepelio de Conrad fue un momento profundamente emotivo. Amigos, familiares y vecinos despidieron al pequeño con flores, mensajes de amor y recuerdos que pintaban la dulzura del niño. “Era un chico dulce, hermoso, que amaba nadar y ver películas como Toy Story o Cars”, expresaron en su homenaje.
También recordaron que le encantaba la pizza y pasar tiempo en familia. “Era un hijo amado, un hermano querido, un nieto muy mimado. Su pérdida nos destruyó”, expresó su abuela durante la ceremonia. Varios asistentes se abrazaron en llanto, mientras una pantalla mostraba fotos del niño en la playa, en su triciclo y jugando con sus juguetes favoritos.
Demandas civiles, posibles cargos penales y un precedente alarmante
Este caso abre una vez más el debate sobre la falta de protocolos en instituciones que reciben a niños con necesidades especiales. La ausencia de formación específica, el mal manejo de situaciones de estrés y la negligencia institucional pueden ser letales. La muerte de Conrad Ashcraft, más allá de la tragedia personal, pone en evidencia una falla sistémica que requiere respuesta urgente.
La familia continúa su lucha en la justicia, con la esperanza de que los responsables enfrenten las consecuencias y que otros niños no sufran lo mismo. “Lo único que pedimos es que esto no vuelva a pasar. Que su muerte no haya sido en vano”, declaró Tara Williams, aferrada a una fotografía de su hijo.