Entrevistas en el Barro

Agustín D'attellis: ¿Por qué la inflación puede llegar al 70% y qué puede pasar con Martín Guzmán?

Agustín D'Attellis es un economista muy cercano a Alberto Fernández. En entrevistas "En el Barro" analiza la actualidad de la economía y las opciones del ministro de Economía.
Edi Zunino
por Edi Zunino |
Agustín DAttelis

Agustín D'Attelis

En su exposición pública, dada en capítulos mediáticos más tensos que novela turca, pueden parecer irreconciliables. Sin embargo, el economista y docente universitario Agustín D’Attellis, no cree que, en el fondo, las diferencias sean tantas ni tan profundas. En síntesis, digamos que, de un lado, estaría la impaciencia frente a una coyuntura social desesperante y, del otro, la paciencia que debe requerir el ordenamiento la macroeconomía y la infraestructura.

En semejante nivel de temperatura, cierto, pesa muchísimo la fuerte incidencia de la proximidad electoral, ya no sólo para evitar una derrota, sino una demolición.

D’Attellis, a quien se podría considerar kirchnerista, despliega el tablero del conflicto sin dramatizarlo:

-Hoy, se dan dos fenómenos en paralelo. O dos Argentinas. Por una parte, un país donde la actividad crece, hay sectores que tienen una situación de demanda que en algunos casos no pueden satisfacer o están a tope de producción. Si mirás balances de empresas, hay muchas pymes con resultados que no tenían hace muchos años, ya no estamos hablando sólo de las muy grandes a las que les va muy bien. Después, con este fenómeno distributivo que está ocurriendo, tenés otra Argentina que queda totalmente al margen y vio nacer fenómenos como esto que el otro día señaló la vicepresidenta, esto del trabajador formal pobre, que tiene trabajo en blanco y no pasa la línea de pobreza. NI hablemos de la informalidad.

-¿Martín Guzman depende de la inflación de estos dos meses?

-No. Yo no lo llevaría a ese extremo. Es muy importante el dato, por supuesto. Abril no fue tanto más bajo como en un principio se esperaba y eso preocupa mucho, porque la inflación proyectada para el año se ubica en un 65% o hasta 70%. Eso adelanta paritarias, acorta plazos y va complicando la nominabilidad de la economía. Pero no pondría el dato como el límite del ministro. Guzmán está en el centro de la escena porque una parte de la coalición de gobierno decidió apuntarle a él para no ir directamente a marcar una disputa con el Presidente, con todo lo que eso implicaría, pero está muy firme hoy el ministro donde está; está llevando adelante un montón de cosas vinculadas con cuestiones estructurales de la Argentina, el acuerdo con el Fondo y demás… Aparte, si te ponés a indagar entre quienes lo critican, nadie propone una alternativa. Si mañana Guzmán dijera “bueno, está bien, me harté y me voy”, ¿cuál sería la alternativa? ¿Una figura mucho más ortodoxa, que dentro de esta coalición no sería creíble? ¿Una figura mucho más heterodoxa, más vinculada con las ideas de Axel Kicillof o el kirchnerismo más duro? Esto generaría una reacción muy mala de parte del mercado. Entonces, ahí está Martín Guzmán trabajando, el Presidente lo respalda y no depende para nada de estos datos. Va a seguir trabajando en el ordenamiento de la macro que él pretende.

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-Pero el cristinismo exhibe una agenda económica paralela que, desde la Casa Rosada, se la llega a catalogar de “irresponsable”…

-Veámoslo en concreto… Fijate este último refuerzo de ingresos que se dio a monotributistas de las categorías más bajas, informales y demás. El IFE, en su momento, se decidió que no tuviera una cuarta versión porque la pandemia estaba pasando y llegaban las vacunas y volvía la movilidad, y eso generó un debate fuerte. De hecho, la vicepresidenta, en una de esas cartas famosas, señaló que no se debería haber levantado aquel cuarto IFE… Bueno, ahora se pone este refuerzo de ingresos y, desde el Gobierno, se lo anuncia por única vez. Sucede que, a diferencia del IFE, el fenómeno que estás buscando atacar no es de carácter transitorio, como sí era la pandemia: es de carácter permanente; lo laboral está muy complicado, el tema distributivo no se logra modificar, la inflación está disparada muy por encima de que se esperaba. Entonces, pasados los dos meses con las cuotas de ese refuerzo, ¿va a cambiar la ecuación laboral de la gente que lo recibió? Es evidente que no, porque magia no se va a hacer. La inflación va a seguir escalando: probablemente, en estos dos meses, va a acumular otro 10% u 11% y la tensión va a estar en que gran parte del kirchnerismo va a querer que se renueve y se aumente el programa, mientras que desde el Gobierno van a decir que no, que esto era de una sola vez, entre otras cosas, porque no se podría cumplir lo firmado con el Fondo.

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-¿Qué sentido práctico tiene que Cristina realzara el capitalismo chino en un discurso académico con tanta incidencia política inmediata?

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-La polémica global sobre la distribución en el capitalismo es un hecho. Muchos países capitalistas más de mercado, distorsionan la distribución en sus procesos de crecimiento, cada vez hay más polarización y aparecen cada vez más mega millonarios y súper monopolios. Mientras, del otro lado, si mirás a China, su proceso de crecimiento incluyó a un montón de gente, poblaciones enteras que pasaron del campo a la ciudad, mejoraron sus condiciones de vida, sus ingresos… Además, cuando ella habla de China, hay una cuestión vinculada a la idea de un crecimiento impulsado por las exportaciones. Ahí, en realidad, la visión de crecer por el frente exportador -cambiando la matriz exportadora y apostando a la energía- está tanto del lado de la vice como del Presidente. Esa visión se comparte. Habrá diferencias en las formas y en los tiempos. Claro que están aquellos que, por la conveniencia de que esto se rompa, exponen las diferencias como si estuvieran en los extremos. Si te ponés a mirar, son discusiones que apuntan a lo mismo y no acuerdan en cómo llegar a ese objetivo final.

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