Judiciales

Alberto Fernández y las "dos horas" que podrían haberlo metido preso

Fue por la prohibición de contacto con Fabiola Yáñez. La expareja del expresidente denunció dos intentos que causaron el secuestro del teléfono. La particular situación que evitó que vaya a prisión.

Néstor Espósito
por Néstor Espósito |
Alberto Fernández y los llamados a Fabiola (Foto: archivo)

Alberto Fernández y los llamados a Fabiola (Foto: archivo)

El allanamiento y secuestro del teléfono de Alberto Fernández en la causa por presunta violencia de género contra su expareja Fabiola Yáñez fue consecuencia de una denuncia imprecisa de la mujer al día siguiente de promover la acción judicial. Esa imprecisión pudo haber causado la orden de detención en contra del expresidente.

El 7 de agosto, al día siguiente de que el juez Julián Ercolini prohibiera la salida del país de Fernández y le impidiera cualquier tipo de contacto, con su exmujer, Yáñez denunció que “en las últimas horas” se habían producido dos supuestas violaciones a esa orden judicial.

Eso puso a Fernández muy cerca de una eventual detención: la "Guía de actuación en casos de violencia doméstica de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres" (UFEM) establece que “cuando el agresor incumple las medidas preventivas urgentes, las fiscalías deben evaluar si la conducta del imputado configura un riesgo procesal que amerite su prisión preventiva”.

“La prisión preventiva del imputado puede ser una medida necesaria para asegurar el desarrollo del proceso”, subraya el protocolo. La UFEM es parte del expediente, al igual que la Dirección de Orientación, Acompañamiento y Protección a Víctimas (DOVIC).

El 7 de agosto, cuando ya regía la prohibición de acercamiento, Alejandro Martínez Mónico, secretario de la fiscalía federal, se contactó con Yáñez en Madrid para informarle que ambos organismos estaban a su disposición.

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Diferencia horaria… y de día

La comunicación de la Dovic se produjo el 7 de agosto a las 13:13 hora de Buenos Aires, es decir, 18:13 en España, cuando ya hacía casi 24 horas que regía la prohibición de contacto.

Según consta en el expediente, en ese momento Yáñez quiso dejar de manifiesto “dos situaciones vivenciadas en las últimas horas respecto del denunciado Alberto Fernández”.

La primera tuvo que ver con un mensaje que se habría recibido “en el día de ayer” por parte de Fernández, sin dar precisión alguna del horario, ni si fue antes o luego de la prohibición de contacto ordenada.

“La restante circunstancia habría ocurrido también en las últimas horas, donde el denunciado se habría contactado con Yáñez, pero a través de un tercero, pero tampoco brindó ningún tipo de precisión sobre el momento exacto del suceso”, consigna el documento.

“Las últimas horas”

La doble alusión a “las últimas horas” pronunciada cuando hacía casi un día que regía la prohibición de contacto llevó a que se realizara el allanamiento y el secuestro del teléfono y otros dispositivos electrónicos del expresidente.

Ayer, las abogadas de Yáñez precisaron el horario del último contacto de Alberto Fernández.

Pero aquel contacto fue el 6 de agosto a las 17:00 de la Argentina, es decir, casi un día antes de que rigiera la prohibición. No hay indicaciones de un contacto a través de terceras personas.

La defensa de Fernández sospecha que no se trató de un error, confusión o imprecisión, sino de una maniobra para que fuera detenido.

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