Se agrava la tensión

Unidad o ruptura: el debate más caliente adentro del Frente de Todos después del FMI

El kirchnerismo duro emitió un duro documento que cuestiona la "unidad" que reclamó el albertismo. ¿Qué busca Cristina Kirchner?
Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Cristina

Cristina, Alberto y Massa. Los líderes del Frente de Todos.

En las últimas horas, el gobierno de Alberto Fernández debate la “unidad" o la "ruptura” del Frente de Todos como dos escenarios posibles. Hasta la última hora de anoche, el Presidente y sus incondicionales convocaron a la “unidad” y al diálogo interno. Pero la vicepresidenta Cristina Kirhcner y la agrupación La Cámpora resolvieron tras el acuerdo con el FMI forzar y presionar al Presidente a “enderezar el rumbo de las políticas”, con una intensidad que hace temer la fractura de la coalición.

“No somos muy optimistas, no hay un diálogo previsto ni negociaciones entre Alberto y Cristina. No hay un clima positivo”, dijo a A24.com un funcionario cercano a Alberto Fernández. El secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, señaló en Radio 10 que la ruptura “es una posibilidad”.

A última hora de anoche, el Presidente volvió a insistir en la "unidad": "Es imprescindible la unidad del Frente de Todos para enfrentar los problemas de la Argentina y evitar que vuelva la derecha".

En declaraciones al periodista Roberto Navarro, señaló: "Es necesario que se mantenga unido el Frente de Todos pese a las diferencias para que Juntos por el Cambio no vuelva a gobernar".

Desde despachos cercanos a La Cámpora en la Casa Rosada aseguraron a A24.com que no existe intención rupturista, sino que “hay ánimo de enderezar el rumbo nomás” y de “corregir políticas” del gobierno del Frente de Todos.

Cristina Kirchner y La Cámpora, que redoblaron su desgaste al Presidente tras la sanción parlamentaria del acuerdo con el FMI, bendijeron una carta pública titulada "Moderación o pueblo", que fue firmada intelectuales kirchneristas y que es más dura que cualquier documento opositor.

Temen que Cristina Kirchner escale el conflicto

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Cayó como una bomba en los despachos de Balcarce 50. “Hay una tensa calma esperando el próximo estallido”, señaló un ministro de Alberto Fernández. “Creemos que Cristina va a escalar el conflicto más que dialogar con Alberto Fernández. El Presidente no va a echar a ningún funcionario de La Cámpora porque es lo que es lo que quieren los ‘pibes’ para victimizarse”, señaló un funcionario de la Casa Rosada.

“No hay mucho positivismo en el aire. No hay una reunión prevista y no hay perspectiva inmediata”, dijo otro secretario. El propio Chino Navarro, Agustín Rossi, Aníbal Fernández, Eduardo Valdes, Adriana Puigross y Luis D’Elía habían reclamado en las últimas horas que Alberto Fernández y Cristina Kirchner se reunieran y sellaran una tregua.

El canciller Santiago Cafiero también reclamó “unidad” por carta en el portal El Cohete a la Luna. El propio Presidente había reclamado el fin de semana “estar todos juntos”. No despedirá a ningún funcionario cercano a Cristina Kirchner. Un grupo de intelectuales albertistas como Alejandro Grimson y Ricardo Forster habían firmado una carta que reclamaba “unidad”.

Pero el documento que firmaron los intelectuales kirchneristas este lunes, avalados por Cristina y Máximo, responde a aquella carta y señala que la "unidad" sólo tiene sentido si se respetan las políticas que la originaron y deja entrever la posibilidad de una fractura en el caso de que el Presidente perservere en "el ajuste". Busca torcer el rumbo de Alberto.

Cristina quiere subordinar a Alberto para corregir el rumbo

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Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la Apertura de las Sesiones Ordinarias ante la Asamblea Legislativa. (Foto: Presidencia)

Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la Apertura de las Sesiones Ordinarias ante la Asamblea Legislativa. (Foto: Presidencia)

En la Casa Rosada crece el volumen de la posibilidad de una ruptura. Fuentes cercanas a Cristina Kirchner aseguran que la vicepresidenta quiere subordinar al Presidente para que adopte el rumbo que el kirchnerismo reclama y corrija las políticas. Pero al hacerlo termina conspirando contra el Presidente: lo debilita y desestabiliza nada menos que en un contexto en el que debe emprender la "guerra contra la inflación".

El diputado Máximo Kirchner y su madre aseguran que el Presidente no tiene reelección posible, y que su tibieza y el acuerdo con el FMI conducirán al país al fracaso económico, parálisis, recesión y más inflación. Con sus acciones, el kirchnerismo busca demostrar que tienen razón. Y por lo tanto terminan debilitando al Presidente. En esa suerte de profecía autocumplida, el Frente de Todos podría fracturarse.

Una fractura podrían traer aparejada, según temen en el oficialismo, consecuencias terribles para Alberto Fernández y para Cristina Kirchner.

De un lado implicaría la pérdida de las “cajas” y espacios de poder para La Cámpora, como la Anses, el PAMI, el Ministerio del Interior, Aerolíneas, la Secretaría de Energía, YPF y otros ministerios.

Para Alberto Fernández significaría el debilitamiento de la gobernabilidad, la pérdida de legisladores propios. Y para ambos, una derrota casi segura en las presidenciales de 2023, con consecuencias judiciales posibles para Cristina Kirchner, que ella podría buscar trasladar al propio Presidente que fue jefe de Gabinete entre 2003 y 2008.

El kirchnerismo coquetea con la fractura y cuestiona la palabra "unidad"

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La carta del kirchnerismo duro de este lunes, “Moderación o pueblo”, planteó: "¿Unidad para qué política? ¿Unidad que garantice la transferencia de recursos desde los trabajadores hacia el capital? ¿Unidad que rompa el contrato electoral y en la que los trabajadores resultan perjudicados?".

Según las fuentes kirchneristas, la vicepresidenta y La Cámpora avalaron el texto. Lo firman Teresa Parodi, Adrián Paenza, Rita Cortese, “Mempo” Giardinelli, Luisa Kuliok, Sandra Russo, Cynthia García y Roberto Salvarezza, el ex ministro de Ciencia de Alberto Fernández, entre otros.

"La 'Unidad' del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de electores que lo acompañaron en el año 2019 ya no lo hicieron en las elecciones de medio mandato. Reconstruirla es el objetivo", reprocharon.

"La política gubernamental ha llegado a su punto más trágico: la preparación de escenarios de anuncios en donde no se realizan anuncios”, dice uno de sus párrafos más duros.

"La moderación se transforma en impotencia"

Prosigue el texto: “Es la práctica fallida de anticipar políticas que no se concretan: el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas. Es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia. Deciden bajarle la intensidad a la política y, como efecto no deseado, suprimen a la política. Proponen ir despacio pero terminan inmóviles. Pretenden hablar suave pero se vuelven inaudibles".

Concluye: "Todo lo que se presenta moderado termina siendo débil y sin capacidad transformadora. Es necesario recordarlo: los gobiernos no se evalúan por sus intenciones sino por sus eficacias”.

Este durísimo documento se firmó en espejo con otro de dirigentes albertistas durante el fin de semana en el que se apelaba a la “unidad” para evitar “el retorno del neoliberalismo". Lo suscribieron Ricardo Forster, Alejandro Grimson, Cecilia Todesca, Dora Barrancos y Miguel Cuberos, entre otros. Se titulaba “La unidad del campo popular en tiempos difíciles”.

"La unidad se mantiene si continúan las políticas que le dieron origen"

El documento del kirchnerismo puro reflexiona sobre el concepto de unidad: “¿Queremos la unidad? Por supuesto que sí. Unidad como concepto estratégico”, señala. “Para que sea posible, es necesario dotarla de sentido; dejar que aparezca lo que ha estado y sigue estando por fuera de ella: las políticas que le dieron origen; la memoria histórica que la habilita”, puntualizó.

“La unidad no se mantiene porque se la nombre. Se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen”, advierte. En una abierta crítica al documento de los albertistas, señaló el texto que “la ausencia absoluta del nombre “Macri” es muy elocuente” y la interpretaron como un signo de debilidad y tibieza.

“El problema de la unidad se resuelve reponiendo el origen y el sujeto destinatario de la unidad. No se soluciona con una apelación a la reducción de la intensidad (es decir, a la moderación). El problema más importante no es de velocidad ni de magnitud: es de orientación de las políticas”, señaló el documento.

Críticas al "ajuste relativo" del gobierno de Alberto Fernández

“Paradójicamente, la unidad a la que se convoca, en el marco de políticas regresivas, puede profundizar la crisis de la otra unidad: la de la base electoral del Frente de Todos. La unidad por arriba puede continuar desorganizando la unidad por abajo”, agrega.

Los kirchneristas puros acusaron al presidente Alberto Fernández de emprender un “el camino de un ajuste relativo” desde “el último trimestre de 2020, con la centralización de la estrategia económica en torno a los lineamientos del FMI”.

Concluye: “Queda claro: no estamos ante un problema de moderación o intensidad. El problema es de orientación de las políticas”. Sin embargo, el texto deja abierta la puerta a un acuerdo: “Tenemos una nueva oportunidad. Esta vez hay que ir a fondo: con institucionalidad y con decisiones consensuadas entre los integrantes de la coalición. Todos y todas juntos para sostener la utopía de una patria justa, libre y soberana”.

El Chino Navarro no descarta una ruptura

La respuesta del Chino Navarro ante este documento no se hizo esperar y dijo que “es una posibilidad” la ruptura del Frente De Todos. “Me da vergüenza ajena. Si nosotros no somos capaces de dialogar, qué le podemos pedir a nuestro pueblo”, señaló en declaraciones radiales.

En ese sentido, agregó que “la pelea no es mala, es buena, la crítica es un motor de la historia", aunque señaló: “El tema de la pelea es que te enojes, no hables con nadie, te encierres”. El clima de tensión en la Casa Rosada y en el Frente de Todos es cada vez más irrespirable.