Por Matías Vaccarezza (*)
El Día Internacional de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) resalta la vital importancia de este sector para la economía. Las PyMEs constituyen el 90% de las empresas y generan el 70% del empleo. En Argentina, estas compañías enfrentan desafíos como el acceso a financiamiento, pero siguen siendo clave para el crecimiento económico.
Cada 27 de junio se celebra el Día Internacional de las PyMEs por iniciativa de Argentina, que lo propuso en la Conferencia del Consejo Internacional de la Pequeña Empresa, en 2016, en Nueva York. (Foto archivo)
Por Matías Vaccarezza (*)
El Día Internacional de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) se conmemora cada 27 de junio gracias a una iniciativa de la Argentina, que lo propuso ante representantes de más de 55 países, durante la 61ª Conferencia del Consejo Internacional de la Pequeña Empresa (ICSB), realizada en abril de 2016 en Nueva York.
Según un relevamiento de la ONU, 9 de cada 10 empresas existentes en el mundo, nuestro país incluido, pertenecen al universo pyme, siendo la médula de las economías modernas. Asimismo, representan el 70% del empleo y constituyen la mitad del Producto Bruto Interno (PBI).
Pese a esas cifras contundentes, enfrentan dificultades como los obstáculos para acceder a financiamiento, lo que hace que el 74% de ellas funcione en el sector informal de la economía.
Sin embargo, datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestran una recuperación del sector tras la pandemia. De hecho, en 2022, la capacidad productiva de la industria alcanzó su nivel más alto en cinco años.
Las PyMEs son fundamentales, dado que tienen la capacidad de adaptarse ágilmente a los cambios tecnológicos y de crear puestos de trabajo, lo que las convierte en un eje para la distribución de ingresos hacia las clases media y baja. Son especialmente sensibles a los procesos de recuperación de la inversión. Una organización pequeña y dinámica posee la elasticidad necesaria para adaptarse rápidamente; los países con un robusto tejido empresarial de pequeñas empresas tienen una mayor capacidad para ajustarse a las modificaciones del entorno.
Desde el año 2013, nuestro modelo de negocio de polos industriales se enfoca en el segmento productivo propicio para servicios logísticos, que facilitan el desarrollo de emprendedores comprometidos con un sector que es, sin duda, el motor del país para mostrar su producción al mundo.
Podemos observar cómo se generan sinergias y se dinamizan significativamente las localidades donde nos establecemos, fomentando la creación de negocios y oportunidades. Brindamos espacios que son ideales para las Pymes, ya que la mayoría de los clientes los buscan por encima de lotes abiertos con el fin de levantar la nave industrial y galpones que mejor se adapten a su producción.
En un contexto de cambios económicos y financieros, los parques industriales señalan el camino productivo. Fábricas de insumos de todo tipo y logísticas, que van desde el rubro metalúrgico, textil, agroindustrial y alimentario, son algunas de las propuestas que ofrecen los polos industriales.
Por todo esto, celebramos a todas las pymes en el convencimiento de su potencial de transformar las economías, fomentar la creación de empleo y promover un incremento equitativo.
(*) El autor es cofundador de Stark Desarrollos.
