Siempre la evolución de empresas en una ciudad es, sin dudas, un beneficio para toda la comunidad.
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Siempre la evolución de empresas en una ciudad es, sin dudas, un beneficio para toda la comunidad.
MIKSA, la PYME de la ciudad de La Plata, es un ejemplo claro de esto.
La compañía se dedica a fabricar pinturas y revestimientos. Abrió sus puertas en el año 1994 como un emprendimiento personal de Laura Cornejo y Daniel Canu.
El objetivo era la producción y comercialización de pinturas, impermeabilizantes y revestimientos, pero en la primera etapa fue un emprendimiento de medio tiempo, ya que sus socios mantuvieron sus trabajos en relación de dependencia para poder vivir. Porque, como todo nuevo negocio, en esta fase no era rentable.
“Cómo estrategia inicial pensamos en la venta a prescriptores en el uso de estos productos, como ser arquitectos, ingenieros, pintores y de esta manera llegar al público en general. Pero el principal problema en este período era la falta de experiencia que teníamos en gestionar una empresa en sus diversas áreas”, cuenta Laura Cornejo, socia de la empresa.
“El manejo de la empresa se basaba en optimizar el margen de utilidad, fijar una política de cobranza corta, construir el posicionamiento de la marca sobre la base de la calidad de los productos y a un precio competitivo”, resalta.
Las mencionadas estrategias del negocio permitieron ganar y fidelizar clientes importantes como empresas constructoras.
Su estrategia inicial basada en el servicio personalizado para resolver todos los requerimientos de los clientes (productos a medida) llevó a desarrollar un software que permitiera cumplir con mayor rapidez la misma.
Así fue que ante el crecimiento logrado y las perspectivas del negocio, en el año 1997 ambos socios renuncian a sus trabajos para dedicarse full time a la empresa.
A principios del 98 pudieron compran un galpón de 2.000 m² donde se amplía la capacidad de producción y se abre el primer local de venta al público, separado de la fábrica.
“A fines de la década pasada, se evaluaron alternativas de estrategia de crecimiento. Se optó por el otorgamiento de franquicias y se desarrollaron los contratos y manuales correspondientes. Fue así cuando en el año 2000 abrimos dos locales propios (Berisso y City Bell). Los mismos sirvieron como prueba piloto para el otorgamiento de franquicias”, explica Cornejo.
“En el 2002 empezamos a incursionar en participar en ferias comerciales en el exterior, ya que queríamos llevar nuestros productos a Latinoamérica, y fue así que participamos en la feria ExpoCruz en Bolivia y ese mismo año comenzamos a exportar”, festeja.
La empresa comienza a funcionar con más orden, planificación y la marca logra posicionarse como una de las más importantes del sector en la ciudad de La Plata hasta la presente, convirtiéndose en marca líder por volumen y calidad.
“Abrimos las puertas de un espacio amplio, cómodo e ideal para que los clientes sean asesorados por nuestros especialistas de la mejor manera”, sostiene, haciendo referencia al flamante local de grandes dimensiones en la ciudad de La Plata.
Hoy en día la familia de Miksa se compone de 72 integrantes, fundamentales para el desarrollo y crecimiento de la empresa, más los profesionales que colaboraran en forma externa.
En la actualidad tiene 7 sucursales propias, con el proyecto de seguir expandiéndose tanto en Argentina como en el exterior.
“Pensar en cada cliente en forma personalizada nos ha permitido encontrar muchas innovaciones, llevándonos a posicionar la marca a partir de la calidad de los productos y a un precio competitivo. Nuestras áreas trabajan en equipo sintiendo que están haciendo algo único”, finaliza Cornejo.