La producción agrícola se mantendrá estable en 2022 (+0,3%) contra un aumento del 28,4% en 2021, mientras que la molienda de soja crecerá el 2,1% contra el 17,4% del ejercicio actual. En cambio, la molienda de trigo tendrá un mejor 2022 con el 4%, recuperándose de la caída de este año (-3,9%).
No obstante, la consultora destacó que la mejora de estas industrias “no llegará ni a la mitad del rebote que esos mismos sectores registraron durante este año”. Esta desaceleración no sólo se explica por la base de comparación (2021 era contra un 2020 signado por la extensa cuarentena), sino que los sectores enfrentan una “doble agenda”.
La primera tiene que ver con una macroeconomía debilitada con muchos problemas por corregir y signada por la incertidumbre general, en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A eso se sumará que el mundo no presentará el año próximo el “viento de cola” que dejó el precio de la soja y el ingreso de los DEG, con un posible recrudecimiento de la pandemia.
Y la otra agenda, señaló Abeceb, son los desafíos que impone la disrupción tecnológica y los nuevos hábitos del consumidor".
Para la consultora, la economía argentina entra a 2022 "con debilidad política y una macro desafiada, con las autoridades obligadas a hacer algunas correcciones (tarifas y déficit fiscal), alta inflación y crecimiento modesto".