En esta línea, el 100% de los colaboradores cree que los programas de bienestar tienen un impacto positivo en la productividad de cada uno de ellos.
Dentro de los más valorados por los miembros de cada empresa se encuentran: la flexibilidad horaria, los días libres, o la posibilidad de trabajar de forma híbrida -política puramente potenciada a partir de la pandemia-. También las capacitaciones, la posibilidad de interactuar con otros miembros de la empresa, el reconocimiento de las personas con las que se trabaja, y la libertad de acción tanto para hacer como para proponer, se vuelven fundamentales ya que es a través de ello que los colaboradores ganan confianza y autonomía.
"No todas las empresas dan a los empleados la libertad de elegir cómo trabajar mejor y de marcar una verdadera diferencia” comenta Boulet, que detalle que en la empresa permiten que "los empleados se expresen y trabajen con flexibilidad, algo que luego se refleja en su compromiso con el día a día"
En ocasiones y sobre todo en tiempos de crisis, el salario emocional puede verse desvalorizado. Sin embargo, que los colaboradores se sientan escuchados permanentemente, y que a partir de ello reciban beneficios para su vida tanto laboral como personal, es esencial.