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Por qué para las PyMES la zona de confort es una excelente excusa

Muchas veces los empresarios y los gerentes de las empresas se auto-boicotean o se auto-limitan. Ante esta situación, la clave es identificar el problema y comenzar a enfrentarlo.
Christian Dátola
por Christian Dátola |
Para muchas empresas PyMES salir de la zona de confort parece imposible

Para muchas empresas PyMES salir de la zona de confort parece imposible, pero no lo es. 

Muchas veces, los empresarios PyMES y mandos medios se autoboicotean. Parece increíble, pero eso es así. Por ejemplo, quieren delegar tareas pero no le dan autonomía a sus colaboradores para que puedan tomar decisiones sin consultarles previamente. Una incógnita a revelar para comenzar a solucionar el tema es qué se puede hacer en estas ocasiones.

En una entrevista exclusiva para PyMES de A24.com, el consultor Juan Carlos Valda hizo referencia a la zona de confort y cómo, a veces, los empresarios encuentran la excusa perfecta detrás de ella.

"Hace unas semanas recibí la llamada telefónica del gerente de un área estratégica de una muy importante empresa invitándome a acercarme a su oficina para conversar un poco sobre algunos problemas que estaba teniendo en su trabajo", comenzó Juan Carlos cuando le consultamos cómo hacer para escapar de la zona de confort.

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Juan Carlos Valda, consultor de empresas PyME

Juan Carlos Valda, consultor de empresas PyME

"Cuando ingresé a su despacho, me encontré, como suele suceder, con un gerente que supuestamente manejaba todos los hilos de su área con solvencia, conocimiento y experiencia. Me contó el estado actual de su gestión para derivar en la preocupación de cómo estaba evolucionando la empresa", continuó.

Entonces, la conversación se enfocó en "todas las dificultades que tenía para poder desenvolverse bien en una organización que estaba viviendo de sus éxitos pasados y en la cual, dada su cultura paternalista y verticalista, era imposible generar cambios o realizar sugerencias. Por las dudas, aclaro que esta persona tiene línea directa con el número uno de la organización".

"A medida que seguíamos hablando el gerente iba despojándose una a una de las distintas capas sobre la que asentaba su investidura y su poder formal dentro de la empresa para mostrarse como una persona abatida, nerviosa, insegura y casi resignada a su suerte".

Posteriormente, siguió el consultor con su relato, "empezó a mencionar la intransigencia del carácter del dueño de la empresa, su deseo de hacer siempre las cosas como le gustan, su visión poco actual, los problemas de relación con los otros gerentes, los tiempos de las tomas de decisiones críticas y el carácter pasivo de la cultura organizacional fueron sólo algunos de los temas a los cuales echó mano para justificar por qué una persona como él, gerente exitoso en otros trabajos, hoy en día tenía las manos atadas y no podía cambiar el rumbo".

Y reflexionó: "creo que muchos habrán pasado por circunstancias similares ya sea en el rol de gerente o de consultor. Es una situación que retrata bastante una típico situación y expone por qué muchas veces personas con grandes pergaminos o éxitos, suelen fracasar en nuevas actividades".

Luego de esta introducción, Juan Carlos comenzó a explicar los límites que impone no poder salir de la zona de confort.

Cómo salir de la zona de confort

"El primer punto que creo necesario destacar es que haber tenido éxito en un momento no es garantía de nuevos logros. No es como un diploma que uno recibe en un momento y que de algún modo ampara todo lo que uno haga de ahí en más. El éxito necesita ser revalidado en todo momento ya que, en caso contrario, sólo será un nostálgico recuerdo", aseguró.

Además, señaló el especialista en su charla con A24.com: "Muchas personas, cuando cambian de funciones o de empresa, simplemente intentan volver a montar las condiciones que les permitieron ser exitosas como si eso solo bastara para alcanzar el resultado. Replican los mismos procesos, utilizan las mismas herramientas, los mismos formularios, pero se olvidan de algo fundamental: todos los elementos mencionados son medios que adquieren un valor dentro de cierto contexto".

Pero volviendo al gerente de la empresa que lo había convocado, Juan Carlos contó que "cuando le pedí que me explique qué significaba su expresión todas las dificultades que tenía para poder desenvolverse bien y, especialmente, cómo define el concepto de bien, la respuesta fue muy rápida: desenvolverse bien era… hacer las cosas que hice siempre, manejarme como lo hacía en mi trabajo anterior".

Ahí está la cuestión. A muchos profesionales les sucede que creen tener una receta que hay que aplicar. Sin embargo, "la realidad es que el éxito los acompaña cuando comprenden profundamente las nuevas condiciones en las que deben operar y desarrollan los caminos adecuados y específicos para cada situación", explicó el consultor.

Y añadió: "Si una cultura es imposible de penetrar, es muy probable que, como profesionales, hayamos equivocado el camino. Alguien me dijo una vez que no hay imposibles, hay imposibilitados. El rol de quien conduce no es adaptar la cultura a su comodidad sino considerar la cultura existente como el desafío que debe superar para lograr sus objetivos, es la materia prima con la que debe trabajar, no es el enemigo a vencer".

Por último, Valda comentó que "trabajamos bastante con esta persona y, afortunadamente, pudo comprender que la realidad con la que debía trabajar era la que lo rodeaba y no la que él hubiera elegido. Que ésas eran las ´restricciones´ del contexto donde debía desempeñarse y que, por lo tanto, no se modifican por decreto sino con trabajo, con influencia, con inteligencia y con dedicación".

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