Tips para Pymes

¿Sabías que existe una terapia del insulto para emprendedores?

Se trata de una herramienta poco utilizada y súper efectiva para anticiparse a las crisis empresariales. Desde ahora, el insulto tendrá otro valor para vos.
Gonzalo Otalora
por Gonzalo Otalora |
Los insultos de los emprendedores son una expresión genuina que si le prestamos atención podremos resolver problemas inminentes.

Los insultos de los emprendedores son una expresión genuina que si le prestamos atención podremos resolver problemas inminentes.

Si sos emprendedor, quiero destacarte esta máxima: "Eres lo que insultas".

Aunque parezca disparatado, la forma y las palabras que utilizás para desahogarte y expresar la bronca que sentís, delata lo que verdaderamente te está pasando.

Los insultos son la expresión más genuina y transparente de tu inconsciente. Y precisamente, ser consciente y estar atento de ellos, te aseguro, te volverán un sabueso de problemas inminentes.

Te lo cuento con un ejemplo:

“¿Para qué carajo me metí en este quilombo?, me cago en la puta idea de renunciar a mi trabajo y empezar este negocio".

Es uno de los insultos más escuchados por emprendedores novatos, cuando su negocio no da señales de tener futuro. Yo le llamo, la puteada de los ingenuos.

¿Cómo se interpreta este improperio?

Así. Aquellos que utilizan una expresión similar a esta, lo que están atravesando son las consecuencias de lanzar un negocio sin experiencia y planificación.

El que no sabe se equivoca más y el mayor problema es no tener recursos (conocimientos, no dinero) para resolverlo.

Si te pasa algo similar a esto en tu empresa, de inmediato tenés que buscar un mentor, un coach, o contratar la intervención de un profesional que te ayude a detectar los problemas y acompañarte en las soluciones.

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A partir de ahora, cuando insulte, intente detectar qué es lo que lo está afectando tanto y comience a trabajar de inmediato para resolverlo.

A partir de ahora, cuando insulte, intente detectar qué es lo que lo está afectando tanto y comience a trabajar de inmediato para resolverlo.

Te cuento otro ejemplo típico de emprendedores:

¿Cómo carajo hago para vender más?

Este tipo de insulto yo lo llamo: Insultos Hescher. ¿Se acuerda de la publicidad? Arranca o no arranca, siempre arranca con bujías Hescher.

Esta es la puteada típica de los estancados. Emprendedores que saben lo que quieren, que ya tienen experiencia, pero hace un tiempo que el negocio está ahí, estancado.

En general se trata de autoempleados que no logran delegar, o delegan mal, o necesitan reforzar tres aspectos fundamentales: Mejorar la comunicación, otras estrategias comerciales y una gran pata digital.

Para resolver esta situación, le sugiero que busque emprendedores que hayan vivido una situación parecida y escuche cómo lo hicieron y copie.

Sin asco, copie, adapte y encuentre un nuevo camino para su empresa.

Y contrate profesionales. No pichulee en contratar conocimiento, sino, terminará puteando y chocando con la misma pared: ¿Cómo carajo hago para vender más?

Y acá va el último ejemplo de muchos que puedo presentar.

Pero este es dramático, y ojalá no sea tu caso. Acá va:

-Tengo las pelotas por el piso, que se vaya todo a cagar.

Le llamo la puteada del punto final.

Lo lamento, pero es inminente que este por vivir una situación similar a esta crisis que atravesó la familia Ibars de la empresa Hierro Más.

“Se me puso la mente en blanco, rompí el escritorio, me fui de la empresa y me encerré un mes en mi casa sin salir. No me importaba nada. Estaba podrido de los problemas. Si no fuera por mis hijos que se hicieron cargo de la empresa, no sé qué hubiera pasado. Quebraba, se la quedaban los empleados, no sé.” Palabras textuales del empresario.

Hoy la empresa sigue funcionando, pero con el liderazgo de sus hijos.

La puteada del punto final es una premonición de su hartazgo, un pedido urgente de auxilio. Si no es escuchado a tiempo, tal vez repita la historia de Hierros Más, pero con otro final y no tan feliz como el de ellos.

Como dato curioso, años después del episodio del padre, uno de sus hijos le pasó lo mismo, se cansó y se fue de la empresa. Sus otros hermanos se hicieron cargo.

¿Por qué te presento estos ejemplos de emprendedores?

Para que piensen los insultos como un termómetro, o un semáforo de quilombos. Ya que estamos, te lo digo así.

Tenés que utilizar los insultos, bueno, como lo usamos todos, para expresar nuestra bronca, descargarte y luego ponernos a resolver el problema.

Eso los dicen todos, pero también hay que estar atentos y decodificar que están diciendo en verdad las puteadas. Como si fueras un psicólogo o un psiquiatra.

Cierro con este ejemplo.

En mis equipos de trabajo está prohibido utilizar estas expresiones: "no puedo", "es imposible", "nadie lo va a comprar".

Lo que uno dice es una promonición de lo que va a pasar. Si yo digo que nadie lo va a comprar, entonces, lo más probable es que nadie lo compre porque me programe con esa idea “nadie va a comprar”

Cuando uno insulta, pasa algo parecido y puede convertirse en una profecía.

De ahora en más, cuando insulte, piense que es un aviso del futuro y accione urgente, para evitar que se cumpla.

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