Después de dos años de dar cursos de casi todo a alguien se le ocurrió enseñar testing; es decir, técnicas para probar y medir la calidad de un desarrollo de software. De ese experimento surgió el Proyecto Nahual, una iniciativa llevada a cabo por voluntarios de todo el país para compartir e impartir conocimientos de forma gratuita, conectarse con diferentes comunidades y colaborar con ellas con el fin de ayudarlas en lo que necesiten. Así ya consiguieron un empleo formal cerca de 300 personas e incluso nació Nahual IT, una empresa que ofrece servicios de testing y solo contrata egresados del Proyecto Nahual.
La posibilidad de que esta iniciativa generara una salida laboral surgió de casualidad. "En 2008 se nos empezó a inundar el comedor y el agua llegaba hasta la sala de computadoras. Le pedimos una mano a Hexacta, una empresa amiga que también hace IT, y ahí conocimos a Juan Navarro. Esta consultora tenía un programa por el que donaba parte de sus ganancias a proyectos sociales. Nosotros queríamos usar esa donación para techar el comedor y que no entrara más agua a la parte de las computadoras, pero Juan nos respondió que él quería ir un paso más allá y darle empleo a la gente", resume Stampella. Así fue como en una reunión de voluntarios a alguien se le ocurrió enseñar testing.
La idea surgió en parte porque el grupo se dio cuenta que tenían que enseñar algo que no requiriera a las personas tener una computadora en su casa y estar todo el tiempo online para practicar. Con las pruebas de software, los que participaban del Proyecto Nahual podían ir a un cibercafé en la semana y repasar lo aprendido sin tener que instalar nada raro. "Cuando uno testea trata de ser como un usuario final, entonces la computadora que se usa es más común y no necesita mucho más que un navegador", explica el co fundador y docente del proyecto. Según él, la iniciativa del testing generó una explosión: "Las personas consiguieron empleo y en el medio de todo eso un grupo de personas amigas de la industria se enteraron, nos dijeron 'qué copado lo que hacen, queremos abrir un nodo en La Plata', y dijimos 'bueno, dale, abramos un nodo'". Ese fue el primer hecho que le dio inicio a su expansión.
Aunque están abiertos a todo el mundo, los cursos de Proyecto Nahual -que se realizan en general los sábados y constan de 14 clases de aproximadamente 2 a 3 horas- se suelen articular con otras organizaciones sociales para ayudar a una población específica. Ya trabajaron, por ejemplo, con la Asociación Asperger Argentina, Tierra Violeta, La Poderosa, el Centro Dar y con personas con discapacidad visual. El grupo de voluntarios, que en el último año llegó a 50 activos, da cursos de testing pero también de programación e internet para adultos, de metodologías ágiles y hasta de coaching. Sus nodos más activos están en Banfield, Flores, Rosario, La Plata y Mendoza capital, y desde su origen a la actualidad ya le consiguieron empleo a más de 300 personas en Argentina y unas 20 en Uruguay.
Fernando Waisman había trabajado en Mercado Libre y en la consultora Hexacta y también había dado clases en la ORT. Se sumó a Proyecto Nahual como voluntario y después de varios años de actuar como docente decidió hacer que su impacto sea aún más profundo. "Hace 3 años y unos meses me junté con una de las profes que da clases en Villa Las Tunas y los 3 primeros egresados y decidimos abrir una empresa que sea como una continuación del Proyecto Nahual, justamente porque únicamente contratamos graduados de ahí y brindamos servicios de testing", cuenta Fernando. Hoy, un 10% de la planta de Nahual IT tiene algún tipo de discapacidad, ya son 93 y tienen muy poca rotación, algo poco común en las empresas de sistemas. Además, exportan sus servicios a Estados Unidos, entre sus clientes hay empresas como VeriTran, FDV Solutions y Mercado Libre, entre otras, y para este año estiman facturar $ 50 millones.
En la actualidad, Stampella asegura que el perfil de los egresados del Proyecto y de Nahual IT es muy valorado en el rubro: "Hoy la calidad académica es excelente porque las personas que se sumaron al proyecto fueron muy entusiastas en ese aspecto. Así como hemos sido siempre muy desordenados en todo lo que tenga que ver con la comunicación y lo institucional, hemos sido súper rigurosos y le hemos dedicado todo lo que pudimos a aprender; desde aquella época en la que dábamos clases horribles como si fuéramos a la UBA a realmente convertirnos en fanáticos de la pedagogía que leímos todo lo que pudimos sobre pedagogía y trajimos a referentes de la industria de calidad para que mejoren los cursos todo el tiempo". Uno de estos últimos es Federico Toledo. El desarrollador que les dio una mano con el material para el curso hoy tiene tiene un doctorado y vive en Silicon Valley.
"Nosotros siempre tuvimos intenciones y sueños, pero Proyecto Nahual no planificaba a futuro hasta hace poco. Ahora por primera vez después de 13 años de existencia tenemos una coordinadora full time, que es la primera persona con un rol específico en la historia de la iniciativa y cuyo sueldo sostenemos con donaciones", comenta entusiasmado Stampella, que aclara que para recibir esa ayuda forman parte de una fundación junto con otras movidas con sus mismos fines. El grupo trabaja en conjunto con Chicas Programando y Proyecto DANE, una organización que desarrolla aplicaciones para personas con distintas discapacidades.
Cuando piensan en expandirse, los requisitos son pocos pero vitales. "Lo que más nos importa es esa primera entrevista y que el espíritu nahualero se mantenga, que esas personas militen la generosidad como nosotros. La gente que hace todo Nahual lo hace con mucha pasión y con muchas ganas. Hacemos esto porque nos encanta ayudar y porque estamos seguros de que todas las personas pueden hacer algo desde su lugar; dar una mano y que eso genera cosas positivas".