El Quini 6 parece sencillo: de un total de 45 números salen seis bolillas, y para ganar el pozo mayor hay que acertarlas todas. Pero detrás de esa mezcla de ilusión y suerte funciona un cálculo combinatorio bastante estricto.
En cada sorteo del Quini 6 se ponen en juego millones y, aunque todos sueñan con acertar las seis bolillas, pocos saben cómo funciona realmente la matemática detrás del juego. ¿Qué tan difícil es ganar? ¿Por qué la probabilidad es tan baja? Una guía clara, divertida y científica para comprender el azar más popular de la Argentina.
El Quini 6 parece sencillo: de un total de 45 números salen seis bolillas, y para ganar el pozo mayor hay que acertarlas todas. Pero detrás de esa mezcla de ilusión y suerte funciona un cálculo combinatorio bastante estricto.
La probabilidad real de ganar surge de cuántas combinaciones posibles existen entre los 45 números, tomados de a 6. Esa operación se escribe como “45 sobre 6” o, en términos matemáticos, C(45,6). No hace falta resolverla a mano: el resultado son más de 8 millones de combinaciones posibles.
Esto significa que quien compra un único cartón está jugando 1 entre 8 millones y pico. La cifra puede sonar desalentadora, pero también explica por qué los pozos pueden acumular sumas altísimas: la vastísima mayoría de las combinaciones jamás será elegida.
Para visualizarlo de forma más clara, se puede pensar así: si cada combinación fuese una casa diferente en una ciudad gigantesca, apostar al Quini 6 sería tocar un solo timbre entre más de ocho millones. Podés acertar, sí, pero la magnitud del azar es enorme.
Aun así, entender la matemática no destruye la magia del juego. Al contrario: saber que las probabilidades son tan pequeñas permite poner la expectativa en contexto y disfrutarlo desde otro lugar. No como una estrategia financiera, sino como una pequeña cuota de emoción que, una vez por semana, mueve la rueda de los sueños.