Esta película de Netflix, basada en hechos reales, se convirtió en furor global gracias a su trama osada y un elenco estelar que lo arrasa todo.
La película de Netflix que revive un escándalo real y se convierte en un éxito inesperado.
Una película de Netflix llegó sin demasiada promoción, pero en poco tiempo escaló al primer puesto del catálogo global. No es un estreno reciente ni una superproducción millonaria de este año, sino un clásico moderno que en su momento desató polémica y hoy renace con fuerza: "Escándalo americano", protagonizada por Christian Bale, Amy Adams y Bradley Cooper.
Esta obra de 2013, basada en hechos reales, no solo volvió a ser tendencia por su llegada a la plataforma, sino porque conecta con un tipo de narrativa que rara vez se ve en el cine actual: historias de poder, engaño y corrupción que parecen más actuales que nunca. En menos de una semana, se convirtió en uno de los títulos más vistos de Netflix.
La trama de Escándalo americano gira en torno a Irving Rosenfeld, interpretado por un irreconocible Christian Bale que ganó más de 20 kilos para el papel. Rosenfeld es un estafador que maneja un imperio ilegal en el corazón de Nueva York durante los años 70. A su lado, está Sydney Prosser (Amy Adams), una mujer tan brillante como peligrosa que adopta una falsa identidad británica para aumentar su credibilidad en los fraudes financieros.
Ambos personajes se ven obligados a colaborar con un ambicioso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), cuya idea para desbaratar una red de corrupción política desata una serie de eventos donde las líneas entre lo legal y lo ilegal se vuelven casi invisibles.
La película recrea con fidelidad y con una estética visual impecable la famosa operación encubierta ABSCAM, llevada a cabo por el FBI a fines de los 70. Esta operación culminó con la condena de siete miembros del Congreso estadounidense, marcando un antes y un después en la relación entre los organismos de seguridad y el poder político.
Lo que hace que esta película de Netflix se destaque no solo es su historia basada en hechos reales, sino la forma en que presenta a sus personajes y situaciones. Las escenas de alto voltaje sexual, los diálogos tensos y el clima de traición constante generan un impacto emocional que va más allá del típico thriller político.
Hay momentos que rozan lo escandaloso, como el vestuario provocador de Adams, las relaciones amorosas cruzadas y el uso del cuerpo como herramienta de poder, que recuerdan que esta no es una historia convencional. Aquí, las reglas se rompen desde el minuto uno, tanto dentro de la ficción como en las elecciones narrativas del director.
La reaparición de Escándalo americano en Netflix no es casual. En un contexto donde el catálogo de la plataforma está saturado de contenido efímero, este tipo de película representa un retorno al cine de autor, con personajes bien construidos, guiones potentes y un mensaje social de fondo.
Además, hay una razón más profunda: el público actual, desencantado con el sistema político y judicial, encuentra en estas historias una forma de entender cómo se construye (y se destruye) el poder desde las sombras. La película, aunque ambientada hace cinco décadas, ofrece reflexiones que resuenan con los dilemas de hoy.
Desde su incorporación al catálogo de Netflix, Escándalo americano se volvió tendencia en redes sociales. Clips de las actuaciones acumulan millones de vistas. Además, los estilos de vestuario y peinado de los años 70 que muestra la película influyeron incluso en tendencias actuales de moda, replicadas por influencers y diseñadores de contenido.
