El padre de JJ, José Rodríguez, un operador de montacargas residente en Spencer, Oklahoma, relató conmocionado: "JJ era un amante de los perros, pero estos pitbulls le arrancaron el cuero cabelludo, le arrancaron la nariz, la mandíbula y los pómulos. La gente ha tratado de decir que fue culpa nuestra por permitir que JJ jugara con los perros, pero la realidad es que, cuando tienes un pitbull, estás poniendo en riesgo a todos los que te rodean".
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El incidente ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. Mientras la madre de JJ, Cassandra, recogía a su hija menor, Olivia, de tan solo cinco meses, para llevarla al interior de la casa por un breve momento, los pitbulls se abalanzaron sobre JJ. El pequeño comenzó a gritar desesperadamente, alertando a sus padres, quienes corrieron a la escena.
José Rodríguez describió la lucha desesperada para proteger a su hijo: "Estaba peleando con ellos, tratando de ponerme físicamente entre ellos y JJ. Yo también me lastimé, pero no fue nada comparado con lo que le pasó a él. Estos perros no querían parar, era como una mentalidad de manada. Querían matar a mi hijo".
Después de 30 segundos de angustiosa lucha, José vio una oportunidad y se arriesgó al meter su brazo en la boca del líder de la manada, permitiendo que JJ pudiera escapar. "Pensé que estaba muerto. Pero entonces empezó a llorar y me llenó de esperanza", relató José. "Lo miré a la cara y no había nada allí. Pude ver dentro de su garganta y se estaba ahogando con su propia sangre. Normalmente soy una persona muy nerviosa y estresada, pero estaba extremadamente tranquilo. Seguí frotándole la espalda, diciéndole que iba a estar bien".
La familia actuó de acuerdo a las instrucciones del operador del 911, pero cuando los bomberos llegaron al lugar, solicitaron de inmediato refuerzos al ver la gravedad de la situación. JJ fue sometido a cirugía de urgencia y sus posibilidades de supervivencia eran sombrías. "La enfermera nos contó sobre los ataques de perros a niños pequeños y cómo el 70 por ciento de las veces son fatales", lamentó José.
JJ pasó 16 horas en cirugía, sometido a una traqueotomía y una extensa reconstrucción facial. Permaneció en coma inducido durante cuatro días y estuvo en el hospital durante tres meses. A pesar de su milagrosa supervivencia, se espera que JJ necesite entre 30 y 40 operaciones adicionales a lo largo de su vida. Su proceso de recuperación incluye terapia recreativa, de exposición y ocupacional, así como aprender a caminar, hablar, dormir y comer desde cero.
Además de enfocarse en la rehabilitación de JJ, José y Cassandra están abogando por una legislación más estricta en relación a los perros peligrosos en Oklahoma. Consideran que las leyes actuales son obsoletas y no brindan la protección necesaria a la comunidad.
José comentó: "Tenemos algo llamado ley 'One Bite', en la que a los perros rurales se les permite un mordisco gratis. No supe nada de esto hasta que le pasó a mi hijo. Lo sorprendente es que las enfermeras nos dijeron que era el caso número 35 de mordedura de perro que habían visto en lo que va del año. Era febrero".
A pesar de que el gobierno del Reino Unido anunció planes para prohibir el matón XL para fin de año, la familia Rodríguez ha enfrentado críticas en las redes sociales, a pesar de residir en Estados Unidos. Su lucha por justicia y seguridad en torno a los perros peligrosos sigue siendo una prioridad mientras JJ continúa su ardua recuperación.
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