El estudio indica que, aunque el consumo promedio de energía solar se mantiene entre 240 y 243 W/m², el hemisferio norte reflejó menos luz solar que el sur en las últimas dos décadas. La diferencia registrada, de 0,34 W/m² por década, resulta estadísticamente significativa. Entre 2001 y 2005, el hemisferio sur absorbía más energía que el norte por 0,20 W/m².
Esa tendencia cambió: entre 2020 y 2024, el hemisferio norte absorbía más que el sur, alcanzando 0,54 W/m². La mayor parte del incremento se concentró en la franja subtropical, entre 20° y 42° de latitud norte, lo que indica que el fenómeno se localiza en regiones de gran impacto climático.
Las preocupantes consecuencias que advierte la NASA
Según se explicó, la disminución de la reflectividad de la Tierra acelera el calentamiento global, porque más energía solar se absorbe en lugar de reflejarse al espacio. Este fenómeno puede intensificar fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, sequías y tormentas severas. Además, el oscurecimiento de los océanos reduce la penetración de luz en las zonas fóticas, esenciales para la vida marina, lo que podría alterar ecosistemas y pesquerías.
Aunque este fenómeno es preocupante, algunos estudios sugieren que la reducción de la contaminación permitió un ligero aumento en la cantidad de luz solar que llega a la superficie en ciertas regiones. Sin embargo, este cambio resulta insuficiente para contrarrestar el calentamiento global. Por lo tanto, según exhortan los expertos, resulta crucial continuar con los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.