Salud y ciencia

Avance científico: un paciente de ELA con parálisis total pudo comunicarse gracias a un implante

Una persona gravemente afectada por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pudo comunicar sus "necesidades y experiencias" a través de un dispositivo electrónico.
Avance científico: un paciente de ELA con parálisis total pudo comunicarse gracias a un implante. (Archivo)

Avance científico: un paciente de ELA con parálisis total pudo comunicarse gracias a un implante. (Archivo)

Un estudio científico publicado en Nature Communications demostró que un paciente de ELA que sufre parálisis total pudo comunicarse a través de la selección de letras y la formación de palabras y oraciones gracias a un implante en su cerebro.

El artículo explica que "la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es un trastorno neurodegenerativo devastador que conduce a la pérdida progresiva de la función muscular voluntaria del cuerpo" y que "a medida que el trastorno suele progresar, el individuo afectado pierde la capacidad de respirar debido a la parálisis del diafragma".

A su vez, indica que "al aceptar la ventilación artificial y con parálisis de los músculos orofaciales, el individuo en la mayoría de los casos ya no puede hablar y se vuelve dependiente de dispositivos de comunicación asistida y aumentativa (AAC), y puede progresar al estado de bloqueo (LIS) con movimiento ocular o control de la mirada intactos".

Hasta el momento, ninguna tecnología de asistencia existente había proporcionado comunicación voluntaria para una persona en ese estado, pero a partir de la implantación de "dos matrices de 64 microelectrodos en la corteza motora primaria y suplementaria" en un paciente completamente bloqueado con ELA, se consiguió que pudiera seleccionar "letras para formar palabras y frases para comunicar sus necesidades y experiencias".

"Demostramos que la comunicación a nivel de oración es posible usando un BCI (interfaz cerebro-computadora) sin depender de la visión del paciente", afirmaron.

El paciente en cuestión carecía de un control voluntario confiable del movimiento ocular, y en consecuencia, no podía usar un rastreador ocular para comunicarse. Con el avance de la enfermedad, llegó a perder la capacidad de abrir los ojos voluntariamente, así como la agudeza visual.

Para restablecer la comunicación, al participante se le colocaron a través de un procedimiento quirúrgico un conjunto de "microelectrodos intracorticales en dos áreas de la corteza motora".

¿Cuáles fueron los resultados?

Tres meses después de la cirugía, el paciente "comenzó a utilizar el sistema BCI intracortical para la comunicación verbal voluntaria" logrando resultados sin precedentes.

La persona logró modular "el tono del sonido en su primer intento el día 86, y posteriormente, pudo modular con éxito la tasa de activación neuronal y hacer coincider la frecuencia de la retroalimentación con el objetivo por primera vez el día 98".

"Empleando la estrategia de neurorretroalimentación, el paciente fue capaz de modular la tasa de activación neuronal y pudo usar este método para seleccionar letras y deletrear libremente desde el día 106 en adelante", informaron los científicos.

Por ejemplo, la persona pudo deletrear distintas frases y hasta llegó a interactuar con sus cuatro hijos. "Amo a mi hijo genial", dijo en el día 251 después del implante. "Mi mayor deseo es una cama nueva y mañana iré contigo a la barbacoa", expresó el día 462.

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