Hace falta remontarse al 2010 para encontrar una caída interanual de esa magnitud. Aquel año, el consumo por habitante se redujo 15%. En 2009, el consumo per cápita había sido de 68,3 kilos, y al año siguiente bajó a 57,8 kilos.
Los datos provienen de la Subsecretaría de Ganadería, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. El ente oficial solo tiene registros anuales hasta 1990.
Sin embargo, el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) cuenta con una serie histórica de consumo por habitante. Esta indica que el consumo de carne vacuna está en su nivel más bajo desde hace 60 años, como mínimo.
En los últimos tres años, período para el cual hay un índice de precios confiable, cinco cortes de carnes registraron aumentos de precios superiores a la inflación.
La suba general, de 182%, fue superada por las hamburguesas congeladas, el osobuco, la carnaza, las hamburguesas caseras y el roast beef. La comparación surge de las planillas de precios del IPCVA y el índice de precios del INDEC.
Las hamburguesas congeladas aumentaron un 233% en los últimos tres años, mientras que las hamburguesas caseras que se venden en carnicerías subieron 183% su precio.
El osobuco, la carnaza común y el roast beef aumentaron 190%, 187% y 182% respectivamente.
Del total producido en Argentina, un 26% tuvo como destino góndolas de otros países. Eso corresponde al acumulado de los primeros 11 meses de 2019.
Ese porcentaje es el más alto de los últimos casi 40 años, solo comparable con el 24,5% que se registró en 2005.
Además, el máximo de este año fue alcanzado tras el mínimo de 2015, cuando las exportaciones fueron el 7% de la producción total.