La noticia llegó el sábado 26 de agosto, cuando se confirmó que había un donante compatible. Sin perder un momento, Sebastián abandonó todo y se dirigió a Buenos Aires para estar junto a su hijo durante la cirugía. La operación, que duró casi ocho horas, fue un éxito según los médicos. Máximo, valiente y resiliente, aceptó su nuevo corazón de manera sorprendente.
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De la desesperación a la esperanza: La increíble historia de Máximo y su trasplante de corazón
Hoy, apenas una semana después de la cirugía, Máximo está mostrando una notable recuperación. Los médicos en el Hospital Garrahan de Buenos Aires planean trasladarlo de la unidad de cuidados intensivos a una sala de terapia intermedia en los próximos días. Sebastián compartió con emoción: "Él se despierta y ya habla, ya volvió a ser el mismo que antes. Estamos constantemente cuidándolo. Está más tranquilo, se lo nota contento. Está esperando la hora de irse a su casa".
Sin embargo, el camino hacia la recuperación completa aún es largo. Máximo deberá tomar medicación específica para prevenir el rechazo del nuevo corazón durante seis meses, ya que su sistema inmunológico aún es vulnerable. La familia está comprometida con mantener un riguroso enfoque en la higiene y los cuidados para garantizar una recuperación exitosa.
Durante los meses de espera, Sebastián y Danna tuvieron la oportunidad de conectarse con otros padres que habían enfrentado situaciones similares. Esta red de apoyo les brindó consuelo y esperanza mientras esperaban el trasplante de corazón para su hijo.
La historia de Máximo también destaca la importancia de la donación de órganos para salvar vidas. Sus padres han estado involucrados en una campaña de concienciación en las redes sociales sobre la donación pediátrica de órganos. A pesar de que en Argentina existe la Ley Nº 27.447 de trasplante de órganos, tejidos y células, que permite la donación de órganos de adultos sin necesidad de permiso familiar, esta ley no se aplica a niños y adolescentes, y se requiere la autorización de los padres o tutores legales. Sebastián y Danna están decididos a seguir sensibilizando sobre este tema y enfocarse en la donación pediátrica.
El trasplante de Máximo no solo salvó su vida, sino también la de otra niña que recibió un trasplante de pulmón simultáneamente. La solidaridad y el acto generoso del donante permitieron que dos vidas se salvaran ese día.
En medio de su inmensa gratitud, Danna enfatizó la importancia de los controles médicos regulares en niños para detectar afecciones de manera temprana, lo que puede marcar la diferencia en la vida de un niño. "Muchos podemos llegar a ayudar concientizando sobre este tema, porque es algo de lo que casi no se habla casi. Y el hijo de cualquiera puede ser el que necesita un trasplante, cualquiera puede estar en emergencia nacional del Incucai y necesitar salvar su vida", reflexionó.
La historia de Máximo es un recordatorio conmovedor de la resiliencia de un niño y el poder de la donación de órganos para brindar una segunda oportunidad de vida. La comunidad se une para celebrar su recuperación y para seguir concientizando sobre la importancia de donar órganos, especialmente para los niños que necesitan un trasplante para seguir viviendo.
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De la desesperación a la esperanza: La increíble historia de Máximo y su trasplante de corazón