El uso de la bicicleta en Argentina dejó huellas visibles: calles adaptadas, negocios nuevos y hábitos que no todos abandonaron.
Durante la pandemia, el uso de bicicletas en Argentina experimentó un notable aumento debido a las restricciones en el transporte público. Sin embargo, según Luciano, un bicicletero de cuarta generación, el número de ciclistas ha disminuido desde entonces. Aunque muchos adoptaron la bicicleta como hábito, otros regresaron al transporte tradicional.
Una de las grandes estrellas del momento es la bicicleta eléctrica. Aunque su precio todavía resulta prohibitivo para muchos, su popularidad crece mes a mes. “Quienes la prueban, no quieren volver atrás”, dice Luciano. “Es ideal para personas que quieren moverse rápido, sin tanto esfuerzo, y evitar embotellamientos”.
Este tipo de bicicleta requiere menos esfuerzo físico, puede alcanzar velocidades de hasta 25 km/h y funciona como una alternativa real al auto en distancias medias. Además, al estar reguladas como vehículos de baja velocidad, no requieren registro ni patente.
El desafío es el precio. Una eléctrica básica supera el millón y medio de pesos, y algunas marcas de alta gama llegan a duplicar ese número. Aun así, cada vez se venden más.
Antonio Laje
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