Ciencia

Encontraron en Santa Cruz restos del megarraptor, el dinosaurio más grande de la historia

Fósiles del Maip Macrothorax, el dinosaurio megarraptórodo más grande encontrado hasta el momento, fueron descubiertos por un equipo de investigadores.
Reconstrucción en vida de Maip realizada por el ilustrador argentino Agustín Ozán. (Foto: prensa Conicet)

Reconstrucción en vida de Maip realizada por el ilustrador argentino Agustín Ozán. (Foto: prensa Conicet)

Investigadores argentinos descubrieron en Santa Cruz fósiles del Maip Macrothorax, el dinosaurio megarraptórodo más grande encontrado hasta el momento. El hallazgo fue registrado por un equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Ténicas (Conicet), y el paleontólogo Fernando Novas catalogó el hito como un hecho "sorprendente" que permite "abrir más interrogantes".

"Lo más sorprendente es que el hallazgo permite conocer más sobre la evolución de los dinosaurios carnívoros en la Patagonia y sobre sus tendencias evolutivas, lo que nos invita a seguir trabajando", añadió Novas a la agencia oficial Télam, quien se desempeña como jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia -ubicado en el porteño Parque Centenario- e integrante del equipo que colectó los huesos del Maip.

El hallazgo de esta especie, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, fue presentado hoy durante una conferencia de la que también participó la presidenta del Conicet, Ana Franchi, junto al director del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, Pablo Luis Tubaro, y colegas investigadores.

¿Qué mostraron los restos fósiles hallados en Santa Cruz?

Los restos fósiles del megarraptor demostraron que era "una criatura de gran tamaño", que medía entre nueve y diez metros de largo y pesaba alrededor de seis toneladas, lo mismo que un elefante macho adulto.

Para soportar tanto peso, su columna vertebral estaba compuesta por enormes vértebras interconectadas por un complejo sistema de músculos, tendones y ligamentos, que le permitía mantenerse erguido sobre sus patas traseras mientras caminaba o corría.

"Era una criatura de gran tamaño, con patas parecidas a un ñandú, que podía correr a sus presas. Tenía una dentadura impecable, con bordes acerrados. Manos con garras de hasta 40 centímetros de largo, lo que demuestra que el animal era un depredador y semejantes garras las tenía para despedazar a sus presas", detalló Novas.

A su vez, Maip debe su nombre a, por un lado, una palabra tehuelche que significa "entidad maligna", que suele "atacar por la noche y dejar muerte a su pasar, lo que se cree que hacía este espécimen en el Cretácico", dijo Mauro Aranciaga Rolando, primer autor del artículo y becario Conicet.

Se habló de