En los dos domicilios había también animales vivos: dentro de una habitación en el primero encontraron cuatro tortugas autóctonas -una de laguna que casi no lograba moverse dentro del balde de plástico donde la tenían. Las otras, de tierra, estaban en una pecera pequeña. Además había cinco cotorras argentinas en jaulas. En un espacio de ladrillos, cubierto con una chapa vivían varios cobayos.
Maltrato animal cobayos.png
Los efectivos encontraron animales vivos en condiciones riesgosas para la salud.
Los efectivos los llevaron a Reserva Ecológica de la Costanera Sur y a la sede de la ONG Asociación Civil Pájaros Caídos. El dr. Rolero Santurián, fiscal del caso, ordenó la clausura del lugar. El responsable no estaba en la vivienda. Lo imputaron por maltrato animal.
Los que estaban en la heladera no tenían ningún tipo de habilitación ni certificación. Esto representa un potencial riesgo de enfermedades bromatológicas o infectocontagiosas.
Maltrato animal operativo.png
La habitación donde estaban hacinados los animales vivos: tortugas, cotorras y coballos. (Fotos: MPF)
Por su parte, en el domicilio de Ingeniero Budge había animales de granja vivos para la venta. Tampoco tenían autorización ni control bromatológico. Se dio intervención a la autoridad municipal.
En los procedimientos intervinieron el Cuerpo de Investigaciones, la División Delitos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad con médicos veterinarios de la División Perros. Además trabajó personal de la Agencia Gubernamental de Control y la Agencia de Protección Ambiental (APRA). En el caso de provincia de intervino, además, la DDI de Lomas de Zamora.