Opinión

Aprobación de la tecnología HB4: una medida imprudente que pone en riesgo a toda la producción de trigo

Los argumentos en contra de la aprobación del trigo transgénico argentino por parte de un exsubsecretario de mercados.
Jesús María Silveyra
por Jesús María Silveyra |
El Gobierno aprobó la comercialización en la Argentina de semillas de trigo transgénico con tecnología HB4.

El Gobierno aprobó la comercialización en la Argentina de semillas de trigo transgénico con tecnología HB4.

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, acaba de decir en la reunión de “A todo Trigo” que no está trastornado, al referirse a la aprobación de la comercialización en Argentina del trigo HB4, sin esperar la correspondiente aprobación no sólo de Brasil sino del resto de los principales importadores de nuestro trigo. Por supuesto que hay voces encontradas al respecto, entre quienes tienen intereses creados porque se benefician con dicha aprobación y los operadores del comercio de granos (exportadores, molineros, acopiadores, corredores, etc…) que pueden verse seriamente afectados por la posible contaminación del trigo no transgénico con el HB4, máxime si se tiene en cuenta que al día de hoy hay 8.196.464 toneladas de trigo registradas para la exportación durante la próxima campaña 2022/23, con una cláusula de venta que dice “libre de transgénicos”.

Personalmente, pienso que el ministro está equivocado, no sólo por la medida que acaba de anunciar, sino por los inservibles y rechazados fideicomisos aceiteros y harineros que ha instrumentado junto con el secretario Feletti y por los llamados “volúmenes de equilibrio” para el trigo y el maíz que no sabe cómo manejar y que también son perversos e inútiles para el control inflacionario.

Pero vayamos a la Resolución 27/2022 del 11 de mayo, en la cual la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, de dicho ministerio, decide dar por cumplido el artículo 2º.de la Resolución 41 del 7 de octubre de 2020 que dejaba sujeta la comercialización de la semilla con el evento IND-00412-7 de la firma INDEAR S.A , a que se obtuviera el permiso de importación en la República Federativa de Brasil (haciendo caso omiso a una resolución del Gobierno anterior donde se pedía la aprobación en los principales países importadores de nuestro trigo). Y se da por cumplido lo dispuesto en dicho artículo haciendo referencia a una nota de la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil (CTNBIO) en la que se menciona que la harina de trigo elaborada con el trigo HB4 es segura para la salud humana y animal, no habiéndose expedido respecto a la importación del grano de trigo, como tampoco lo ha hecho el organismo sanitario brasilero (ANVISA) ni el Ministerio de Agricultura Pecuaria y Abastecimiento de dicho país (MAPA).

Por otra parte, en los considerandos se menciona que la tecnología del evento ha sido autorizada en otros mercados como Australia y Nueva Zelanda, también faltando técnicamente a la verdad, ya que lo que se aprobó en dichos países, según el reporte A 1232 del 6 de mayo pasado, es la venta de alimentos producidos con dicha tecnología, es decir que tampoco en estos países se aprobó ni la importación del grano de trigo ni la producción. Por último, se hace mención a la aprobación en China de la tecnología HB4 en otro cultivo, lo cual es cierto, pero se trata de soja, que no se utiliza para el consumo humano directo cuando es de origen transgénico.

Por lo tanto, podría decirse que los considerandos de esta Resolución si bien no están trastornados están trastocados, con el fin de saltear un paso impuesto por esta misma Administración, pese a las consideraciones técnicas de la anterior, poniendo en serio riesgo de contaminación a toda la producción nacional de trigo. Habrá que analizar profundamente el por qué de tal apuro y de tales considerandos.

Asimismo, quisiera hacer mención a los resultados dados a conocer públicamente sobre la siembra efectuada con esta semilla de trigo genéticamente modificado durante la campaña pasada. Estos datos los podemos obtener de la página del Instituto Nacional de Semillas (INASE) al 15 de febrero pasado y nos hablan de que se sembraron 52.959 hectáreas, que se cosecharon 52.755 y que se obtuvo una producción de 124.188 toneladas, esto es, que se obtuvo un rendimiento de tan sólo 2,35 toneladas por hectárea, promedio muy inferior al promedio nacional obtenido en el último quinquenio con el trigo no transgénico que fue de 3,1 toneladas por hectárea. Uno podría pensar que esto se debe a que se sembró únicamente en zonas marginales expuestas fácilmente a sequías, pero no, lo sorprendente es que más del 70% del HB4 se sembró en las provincias que componen la pampa húmeda.

Sería bueno que el Gobierno y la empresa demostraran públicamente a los productores de todo el país cuáles son las bondades técnicas concretas de este evento que da lugar a tanta premura y trastoque de fundamentos para aprobar su inmediata comercialización.

Para terminar, está claro quiénes son los responsables de la medida adoptada y las razones esgrimidas, esperemos que las más de 100.000 hectáreas que se podrán sembrar con la semilla que la empresa ha guardado en silos bolsas y las más de 250.000 toneladas que podrían producirse con ellas, no terminen contaminando al resto y que el apuro y los trastoques que doblegaron a la prudencia no lo terminemos pagando todos muy caro y sin un seguro de cobertura de riego por parte de la empresa beneficiada hacia el resto de los productores. Esperemos pues que el trastoque no se convierta verdaderamente en un trastorno y en lugar de abrirnos la cabeza, como dijo el ministro, nos la termine cerrando con mayores problemas.

(*) el autor fue Subsecretario de Mercados Agropecuarios