El festejo frío de Messi, que no miró a los ultras del PSG, sintetizó lo vivido en estos dos años con su segundo club como profesional: frialdad y hostigamiento en general.
La definición exquisita de Kevin Gameiro, con el reloj marcando 34m. del complemento, frente a la salida desesperada del italiano Gianluigi Donnarumma, que quedó desdibujado con el autopase y posterior toque del galo, sembró algunas dudas.
El equipo parisino sumó su 11ra. estrella y pasó a ser el máximo ganador de la competición local, por encima de Olympique de Marsella y Saint Etienne, ambos con 10.
El campeón del mundo aportó 16 goles y 16 asistencias en la campaña, que lo tuvo como protagonista en 32 partidos.
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Los últimos días de Messi en París
El rosarino protagonizó su penúltimo partido, si nada raro sucede, porque el vínculo tiene una posibilidad de extensión pero todo indica que el camino del argentino estará en otro lado, tal vez en Barcelona, o por ahí en otra liga.
Las eliminaciones de la Liga de Campeones empañaron todo lo demás, poco le importó al hincha del PSG las dos ligas obtenidas, las asistencias y los goles del astro con esta camiseta y sobre todo la falta de entendimiento de los malos armados de los planteles para rodearlo y acompañarlo.
Y más allá que no se dio de manifiesto, la enorme actuación de Messi en Qatar 2022, con dos goles incluidos a Francia en la final más el penal en la definición, sopesan en la relación con los hinchas.