Lo curioso es que, apenas terminó la prueba, el propio Robinson se rió de la situación. Se tiró al suelo, se acomodó la ropa y compartió sonrisas con sus rivales. Luego, fue sometido a una breve revisión médica porque terminó con algunos golpes leves en la cabeza y en los brazos tras el tropezón en la recta final.
La escena no pasó desapercibida y generó cientos de comentarios en las redes sociales. Frases como “Este no es Kylian, es un doble”, “Nada como una diarrea para volver al peso ideal” o “Mbappé está mucho más delgado” inundaron las plataformas digitales, sumando humor a lo que fue una clara demostración de profesionalismo por parte del corredor.
Durante la transmisión oficial de World Athletics, el comentarista Tim Hutchings describió la situación con humor y respeto: “Tenía una falla en el equipo. Creo que esa es probablemente la forma más educada de decirlo. Puede ser muy incómodo, pero fue un esfuerzo impresionante mantenerse en cabeza con todo lo que estaba pasando”. Además, remarcó: “Es una carrera brillante por parte del estadounidense, que ha estado ajustando constantemente ciertas partes de su equipo y posiblemente su anatomía en la recta final”.
El episodio de Chris Robinson pasará a la historia como uno de los bloopers más increíbles en una pista de atletismo, pero también como una muestra de fortaleza y capacidad para sobreponerse a situaciones inesperadas. Mientras tanto, el estadounidense continúa su preparación para los grandes compromisos del año, con la vista puesta en mejorar sus marcas y, esta vez, con la lección aprendida: revisar la ropa antes de cada competencia.