“Los beneficios económicos de alcanzar un acuerdo comprensivo son mucho mayores a las concesiones que deberían hacerse y Alberto Fernández podría ver ganancias políticas de mejorar la actual oferta”, señala Barlcays.
Igualmente, agrega que “en este punto la decisión es puramente política y pareciera también probable que el gobierno podría mantener su posición”. Destaca Barclays los siguientes aspectos de la negociación con bonistas:
- El gobierno parece haberse puesto en una posición difícil después de que el presidente Fernández dijo en una entrevista publicada el domingo en el Financial Times que la última oferta a los acreedores es la última. Tres comités que poseen más de un tercio de los bonos en circulación emitieron una declaración rechazando la oferta del gobierno y haciendo una contrapropuesta.
- Hemos opinado que la probabilidad de que Argentina llegue a la línea de meta con una negociación integral que no deje atrasos fue disminuyendo. Ahora que los tres comités han unido sus fuerzas, las posibilidades de no completar una reestructuración integral exitosa si el gobierno no mejora su última oferta son aún mayores.
- El hecho de que el Comité de Acreedores de Argentina se haya unido al Grupo Ad Hoc, y el Comité de Intercambio podría persuadir al gobierno para que haga un esfuerzo más para cerrar la brecha relativamente pequeña entre su oferta y la contraoferta que estos grupos hicieron. De hecho, Fernández no parece haber cerrado por completo la puerta a una solución negociada cuando dijo ayer por la tarde que el gobierno "continuaría hablando y negociando, sabiendo que Argentina ha hecho un gran esfuerzo con la oferta que ya ha hecho".
- Sin embargo, también señaló que "es muy difícil hacer una mejor oferta". En este punto, parece que llegar a un acuerdo o no, es una decisión puramente política. La contraoferta de los acreedores está lo suficientemente cerca del gobierno como para que no alcanzar un acuerdo, lo que podría generar más costos económicos que beneficios.
- Políticamente, aunque la interpretación fácil podría ser que conceder sería políticamente costoso, lo contrario podría ser el caso. Esto podría verse como una oportunidad para que Fernández se muestre a los interesados locales como alguien que es pragmático y busca soluciones consensuadas, una imagen que ha tratado de proyectar en el pasado, particularmente en su primer mes en el cargo.
Hay consenso en el mercado financiero que si se llega a un acuerdo, los bonos argentinos pueden subir 20% más.
Ahora bien, ¿qué pasa si no hay acuerdo? Un informe de Delphos conocido hoy se mantiene optimista.
“Pensando en el peor escenario, en el caso de un canje parcial, el potencial camino bajista en relación a los precios actuales parecería casi nulo, si tomamos como una posible tasa de rendimientos en torno al 11-12%”.
Avizoran en Delphos “una relación riesgo/retorno positiva particularmente en los bonos ley local, y particularmente, en este momento, en los del tramo corto de la curva, AO20 y AY24, cuyas tasas de interés implícitas en relación a los potenciales nuevos flujos son, en promedio, 50 puntos básicos más altas que el resto de los ley local”.