Opinión

eCommerce y Metaverso: cómo será el futuro de la industria y el consumo

Algunas marcas ya trabajan integrando el universo virtual con el mundo físico. El denominado commerce 3.0 ya es una realidad. Cuáles son las posibilidades que se abren para el comercio y el consumo con estas tecnologías.
Metaverso y commerce 3.0: las marcas deberán asegurarles a los consumidores una experiencia excelente y hasta inolvidable. 

Metaverso y commerce 3.0: las marcas deberán asegurarles a los consumidores una experiencia excelente y hasta inolvidable. 

Por José María Beltramini (*)

El advenimiento de la tecnología del metaverso adquirió un auge vertiginoso luego de que Mark Zuckerberg aludiera al término como parte de la presentación oficial de “Meta”, la nueva razón social de Facebook.

Rápidamente se convirtió en trend topic mundial en twitter y las búsquedas en Google explotaron. Esto ocurrió al exponer el fenómeno al público general porque antes sólo se conocía su existencia en el segmento de los gamers, en particular de los fanáticos de Roblox, Fornite y otras plataformas donde las personas pueden jugar e interactuar en entornos virtuales sin los límites del mundo físico.

Los metaversos diluyen las fronteras de lo virtual y lo físico: personas con trajes y visores para realidad virtual comparten con otros, juegan, compiten, compran y venden, crean y co-crean. Mediante avatares individuales desarrollan según sus propias necesidades, intereses y estilos, algo así como alter egos virtuales, pero con una existencia y capacidad de consumo e interacción propia, ampliatoria del “yo” del mundo físico.

Metaverso: por qué ahora

El metaverso ha existido durante décadas, pero recién ahora empieza a salir a la superficie. La dinámica de esta irrupción se asemeja a lo que ocurrió, por ejemplo, con Zoom: esa plataforma de video llamadas que existía hacía años, pero cuando se desató la pandemia tardó apenas días en convertirse en imprescindible.

El metaverso despliega todo un ecosistema que gira en torno a medios de pago virtuales, activos digitales no fungibles como los NFT y criptomonedas. En estos entornos podremos asistir a conciertos virtuales, habrá un mercado para objetos apreciados en el mundo físico y muchas otras posibilidades.

Por lo que la relación entre este innovador y amplio mundo de posibilidades y el comercio electrónico es simplemente natural o inevitable. Las transacciones comerciales al interior de los metaversos nutrirán la sostenibilidad y posibilidades de escala de estos proyectos.

La unión con el eCommerce

Sin embargo, el comercio digital en el Metaverso difiere del eCommerce tradicional que conocemos. Sus pilares son los conceptos que se agrupan como commerce 3.0, y sus premisas son la descentralización, la privacidad y la ubicuidad.

Esto significa que, apoyado en nuevas tecnologías como blockchain, criptomonedas y non-fungible tokens (NFT), las transacciones requerirán gradualmente de menor cantidad de intermediarios y no será necesario entregar información personal para concretarlas.

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El comercio electrónico no sólo requiere puestos en tecnología, también hay posiciones en administración, almacenes, atención al cliente o logística.

El comercio electrónico no sólo requiere puestos en tecnología, también hay posiciones en administración, almacenes, atención al cliente o logística.

Las potencialidades de este mercado ya son objeto de estudio y salen las primeras estadísticas y proyecciones. El gigante de la criptografía Grayscale sostiene en un informe que el Metaverso tiene el potencial de registrar ingresos anuales por 1 billón de dólares en publicidad, eventos digitales, comercio electrónico y hardware.

Qué hacen las marcas en el Metaverso

Por su parte, las marcas ya hacen sus primeras experiencias con este nuevo mundo. Una de las iniciativas “Into the Metaverse” que lanzó Adidas, con 30.000 unidades de su propio NFT, el 17 de diciembre pasado, se agotó en cuestión de horas. Quienes adquirieron el NFT se convirtieron en parte de una comunidad que tiene acceso a productos y experiencias tanto en el mundo físico como virtual.

Otro caso fue la propuesta que lanzó Nike a los miembros de su programa SNKRS exclusive access, quienes tuvieron acceso anticipado a la nueva colección exclusiva de 500 Sneakers Jordan que lanzó la marca de la pipa. Con la compra de su par de Sneakers en el sitio de nike.com, los miembros recibieron, adicionalmente a las zapatillas físicas, un NFT que acredita que cada uno posee una de las 500 unidades exclusivas de esa colección; el wearable de ese mismo modelo exclusivo para utilizar en su Avatar en Nikeland y acceso exclusivo a eventos generados por la marca, en el mundo físico y en el Metaverso.

En la última conferencia de Meta sobre "Tendencias sociales para el futuro del comercio y el marketing para 2022 y más allá", Nicola Mendelsohn, VP Global Business Group de Meta, señaló que “el Metaverso es una oportunidad para las marcas que podrán crear espacios que fortalezcan el engagement. Debe vivirse desde el principio”.

Pero Metaverso no será solo territorio para grandes marcas. Al ritmo de la extensión y masificación de las soluciones tecnológicas y los recursos para intervenir en él, los emprendedores y creadores tendrán acceso a millones de usuarios a partir de los cuales podrán construir productos virtuales únicos, que el público nunca antes había visto. Sin el filtro de los costos físicos de fabricación y distribución, tendrán una posibilidad de llegada inédita a los clientes.

Como nunca antes, las necesidades del cliente, su empoderamiento, serán la medida de todas las cosas. En este contexto, las marcas deben asegurarles a los consumidores una experiencia excelente y hasta inolvidable, de principio a fin, una demanda que ya está en el ADN del eCommerce pero que enfrentará nuevos desafíos en el Metaverso.

El desafío de la masificación

Si bien todas las nuevas tecnologías que permiten llevar a cabo lo que denominamos commerce 3.0 (blockchain, DeFI, NFTs, criptomonedas, smart contracts, etc.) están creciendo a un ritmo vertiginoso, aún se encuentran en etapas tempranas y lejos de explotar aún todo su potencial.

El gran desafío para los próximos 5 a 10 años es que estas tecnologías logren un nivel de madurez y estandarización que haga que ni siquiera sea necesario entender todo lo que llevan por detrás para que un servicio sea posible, de igual manera que hoy no se nos ocurre preguntarnos qué se necesita para que tengamos Internet en nuestros hogares.

(*) El autor es socio fundador de Summa Solutions.

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